Casas en el bosque: arquitectura forestal en Canadá.
Para preservar el entorno, la intervención se plantea en altura, añadiendo dos plantas a la construcción original, que inicialmente ocupaba sólo una, y conservando la huella intacta. Ejecutada desde un profundo respeto por la naturaleza, la ampliación no ha implicado la tala de árboles ni el uso de materiales pesados.
Como un árbol más, la casa se inspira en el crecimiento natural de los árboles, que se elevan en altura sin que ello implique variar su base de apoyo sobre el suelo. Su oscuro revestimiento en madera de cedro oscuro recuerda los troncos de las coníferas el bosque circundante.
Ya dentro, el espacio interior se muestra totalmente distinto, con paredes y techos pintados de blanco y suelos de madera, en un tono mucho más claro que el empleado en el revestimiento exterior. «Hemos querido prolongar los materiales y la estructura de la anterior ampliación, y lograr así que la intervención se entienda como una extensión más que como una inserción» señalan los arquitectos.
Con la estructura vista, el espacio diáfano de la planta baja permite una relación directa entre las distintas estancias y el bosque; con los niveles superiores organizados en torno a un eje vertical, una suerte de pozo de luz perforado por la ligera estructura de la escalera.
Una terraza cubierta en la planta alta ofrece un espacio privilegiado en altura donde los usuarios pueden sentarse a disfrutar del entorno. Un refugio encaramado en lo alto de una pequeña colina, que recuerda en cierto modo a las pequeñas casas construidas para aves en las copas de los árboles.
Fotografía: Francis Pelletier (cortesía de v2com)