Arriesgando con el color en pequeño piso de 65m2.
Lee más sobre Miel Arquitectos en diarioDESIGN.
Estos arquitectos inquietos e innovadores, se arriesgaron a incorporar un tono verde fluorescente en diversas zonas de las distintas estancias, dándole a la vivienda una vida propia muy contemporánea y cargada de energía.
La cocina se presenta como el centro neurálgico de este piso, rodeada por una barra que invita a charlar y picotear bajo la luz de las coloridas PET Lamps diseñadas por Álvaro Catalán de Ocón, que tanto nos seducen. En este espacio que aglutina la cocina y el salón, se ha colocado sabiamente un gran panel de espejos que además de redimensionar la estancia multiplicándola, le da un toque intencionadamente lúdico y divertido.
Según palabras de los arquitectos: «La luz natural se refleja en el panel de espejos y resbala por las paredes de ladrillo pintadas en blanco, todo alrededor de una cocina que es más el trono del dj que el cuarto de la mamma«.
En los dos dormitorios dobles, blancos y tranquilos, los arquitectos han ideado un cabezal de cama que hace las veces de escritorio, lo han logrado desplegando la medianera de ladrillo y recuperando parte de las puertas originales de este piso.
Los suelos hidráulicos, a tono con el suelo técnico de color burdeos, destacan especialmente gracias a la gran luminosidad de la vivienda y el color blanco de las paredes y techos de “volta catalana”.
El baño aparece descompuesto en aseo y lavabo por un lado, más una ducha por otro, ambos unidos por un suelo técnico que reconduce cables y tuberías, pero a la vez separados por un plano de espejos y dos pasos muy íntimos, de un suave verde fluorescente.
Cuando la creatividad y el ingenio se unen con la profesionalidad, este es el resultado.