Loft MDP: la nueva vida de los barrios industriales.
En el Poble Sec de Barcelona, FFWD Arquitectes ha logrado habilitar un antiguo taller para su uso como vivienda, preservando todos los elementos constructivos que conferían carácter y singularidad al local original. «El estado de estos elementos era precario: Las paredes de piedra y ladrillo, así como las bovedillas cerámicas del techo, estaban ocultas tras gruesos revestimientos de yeso y mortero; y en el forjado, las vigas de madera tenían un grave problema de termitas que afectaba a la seguridad de todo el edificio» señalan los responsables del proyecto, Laia Guardiola Raventós y David Benito Cortázar.
Las múltiples entradas de luz natural han facilitado la intervención, que vuelca el espacio diáfano de las estancias vivideras a un patio interior al que abren grandes planos acristalados. En cambio, en las aberturas a calle se ha optado por vidrio traslúcido, para preservar así la privacidad del interior.
«Se trataba de preservar, restaurar y poner en valor las paredes de piedra y ladrillo, así como el techo de bóveda catalana del espacio original» explican los arquitectos, que han utilizado el pavimento como elemento articulador de la intervención. Un magma continuo de hormigón que coloniza la base del local, proporcionando un espacio fluido y a la vez jerarquizado por los diferentes niveles y volúmenes resultantes. Además de solucionar la diferencia de altura entre los dos accesos desde calle, el plano del suelo resuelve la transición desde de la cota principal hasta el nivel del patio, unos 45 cm por debajo.
El mobiliario fijo de la vivienda nace del pavimento, que genera un sofá de obra, las bancadas de cocina y otros elementos de mobiliario del baño.
La distribución del programa, en dos zonas diferenciadas que pueden funcionar de forma totalmente independiente, nace de las necesidades del propietario, el cual necesitaba un pequeño apartamento segregable para las frecuentes visitas que recibe, que pueda ser utilizado como estudio y oficina cuando no haya invitados.
Cajas cerradas albergan los usos más privados –cuartos de baño y vestidores– y articulan el espacio entre ellas, donde se ubican los dormitorios, que quedan así separados así de las zonas públicas de la vivienda.
Fotografías: David Benito Cortázar