Velas y Lápices de Renzo Piano en Cerdeña.
La intervención, que se compone de doce velas de colores que gravitan sobre la plaza del mercado, no solamente celebra a uno de los intérpretes más sensibles de la naturaleza humana, sino que subraya el importante papel que juegan pequeñas ciudades como Tempio Pausania en Italia.
Los edificios en granito gris de la piazza, construidos en su mayoría alrededor de 1700, y la arcada del mercado componen el escenario en el que se desarrolla el proyecto de Massimo Alvisi y Junko Kirimoto, concebido en continuidad con la idea original de Renzo Piano.
Las coloridas telas de la instalación oscilan en el cielo, como si fueran llevadas por el viento para finalmente descansar, en una especie de equilibrio inestable, sobre una red de cables tensados, entre los edificios. La idea de Piano era hacer una «tela de araña que capturase los rayos de sol y sus colores» y se tradujese en un delicado juego de hilos y tejidos que no tocan la plaza, sino que le dan sombra y color.
Cuando las velas están plegadas parecen doce lápices de colores suspendidos entre las paredes de granito. De este modo se hace referencia a la gran pasión que Fabrizio De André tuvo por los lápices Faber-Castell, de ahí el peculiar apodo de “Faber”.
Los gruesos muros de los edificios circundantes se han perforado y se ha inyectado cemento en los agujeros para sujetar los soportes de los cables, causando un impacto visual mínimo. La red de cables de acero crea una serie de triángulos suspendidos, en los que cada vértice es el punto de partida de otras varillas que conforman los 12 triángulos de tela de dimensiones variables (el más pequeño mide 2,06 metros cuadrados y el más grande 15,60 metros cuadrados). La tela es poliéster impreso (Serge Ferrarì – Soltis 92) y están pensados también para realizar proyecciones en ellos.
Los triángulos de tela se enrollan gracias a un sistema motorizado similar al utilizado para la navegación. Las velas pueden ser reordenadas en grupos o individualmente, de acuerdo con la configuración final que se desea alcanzar. Su movimiento se controla desde un panel de control situado en el antiguo edificio del mercado. Dicho panel está provisto de un indicador de viento y un medidor de humedad que puede provocar el cierre automático de las velas en caso de viento o lluvia excesivos.
A lo largo de tres de los cuatro edificios perimetrales (todos excepto el edificio del mercado) se han dispuesto barras de metal que soportan la iluminación. Se trata de un total de 14 lámparas (iGuzzini – Maxi Woody) con ópticas diferentes dependiendo de su proximidad a las velas. Estas barras soportan también los altavoces y los proyectores de vídeo en caso de actuaciones especiales o instalaciones multimedia.
Fotografías: © Luigi Filetici