Las características del diseño contemporáneo. (II)
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Lo decorativo, lo poético y lo fantástico. Son varios los diseñadores que exploran esta vía. Uno de ellos es otro holandés, Marcel Wanders: un absoluto luchador contra los dogmas del movimiento moderno. Wanders no le tiene miedo a los estampados, a las flores, a las grandes escalas o a los dramáticos cambios de luz. Sus diseños e interiores tienen un gran impacto visual, difícilmente dejan indiferente. Nadie le gana en confort emocional.
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Para Marcel Wanders, reivindicar la historia anterior a la revolución industrial es una gran motivación, lo cual le lleva a incorporar elementos historicistas en su vocabulario. La memoria de otros tiempos es para él, y para otros diseñadores contemporáneos, un punto de partida y de inspiración inagotable que se puede explotar con absoluta libertad y sin ningún pudor.
En la imagen, varios diseños comercializados por la firma de mobiliario e iluminación de Marcel Wanders, Moooi.
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El juego, la fantasía y la exuberancia. En una línea algo similar, encontramos al español Jaime Hayon: el perfecto exponente del diseñador contemporáneo que consigue dar respuesta a las necesidades de los usuarios al tiempo que da rienda suelta a su imaginación y expresa un universo personal que en ocasiones está al borde del arte. Esta capacidad del diseñador contemporáneo de conseguir expresar su creatividad individual es clave para entender el diseño del siglo XXI.
En la imagen, lámpara Josephine diseño de Jaime Hayon para Metalarte.
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El minimalismo, lo esencial y lo supernormal. Justo en el otro extremo se encuentran los amantes del diseño de pocos gestos, pero que expresan mucho. De los productos que aportan soluciones y pasan desapercibidos. De todos aquellos pequeños inventos de diseñadores anónimos que resuelven nuestra vida. En esta corriente destaca el británico Jasper Morrison.
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Con este espíritu diseña Morrison; objetos que él y su colega japonés Naoto Fukasawa han decidido bautizar como supernormales. Mucho impacto, poca grandilocuencia, máxima eficacia y durabilidad. Una forma también de entender lo sostenible a través de productos diseñados para tener una larga vida.
En estas imágenes, colecciones de Morrison para Kettal.
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El rigor, lo contundente y lo industrial. Una corriente con pocas concesiones a lo superfluo, mucha parquedad de líneas y preferencia absoluta por la geometría. Aquí el máximo exponente es el alemán Konstantin Grcic, el heredero de lo moderno, tomando aquellos muebles de los años 20 y 30 como referencia pero trasladándolos al siglo XXI con su inteligencia y sensibilidad, en un movimiento que es casi imperceptible pero cargado de significado y voluntad de cambio.
En la imagen, silla One diseño de Konstantin Grcic para Magis.
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