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Redacción
9 septiembre 2016

Arquitectura horizontal en El Maresme.

Estamos a 20 kilómetros de Barcelona, ciudad en la que Antoni Gaudí decidió elevar la línea curva a la categoría de arte sublime (“la curva es la línea de Dios”, solía decir el genial arquitecto catalán). Y aquí se “alza” una edificación que, sin embargo, se caracteriza por todo lo contrario. Es una villa familiar en el Maresme que se despliega horizontalmente, una arquitectura que apuesta por la sobriedad y la ausencia de elementos superfluos, tanto en el exterior como en su cálida decoración interior. Esta amplia familiar, con tres dormitorios, jardín y piscina, supone una de las más lujosas casas en venta en el Maresme, concretamente en Vallromanes.
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Continuidad visual

La continuidad estética de todos los elementos de la fachada, aporta, precisamente armonía y unidad al conjunto. Esta continuidad entre el pavimento y la fachada se busca tanto a nivel cromático como de materiales. Sus 571 m2 de superficie no se elevan en altura, ya que su diseño arquitectónico está marcado fuertemente por la horizontalidad. Distribuida en dos alturas (tres si se cuentan el sótano o garaje), su fachada es una perfecta yuxtaposición de volúmenes cuadrados que solo se duplican en un segundo piso en uno de sus extremos, sin pretensiones de verticalidad.

Casa Vallromanes 08

De la casa llama poderosamente la atención el predominio de la línea recta en todo el conjunto y, especialmente, en la fachada principal. A ello contribuyen las láminas de madera del suelo, que recorren la terraza de extremo a extremo y que tienen su perfecta continuación en las espectaculares persianas venecianas de madera.

Sus líneas horizontales y paralelas se ven solo interrumpidas por las verticales de los pilares, a modo de retícula. Las persianas de lamas de madera tienen la virtud de poder elevarse hasta conformar un práctico porche que permite disfrutar del exterior, e introducirlo en la casa.

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Este sistema de parasol es posible gracias a que la estructura que soporta las lamas cambia su ángulo de inclinación de manera integral. Se puede levantar de forma individual o coordinada hasta formar este original efecto porche.

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De esta manera, el usuario puede controlar y personalizar el nivel de protección contra el sol, que cae generosamente sobre la fachada principal durante todo el año gracias a su orientación Sur. Un diseño elegante, funcional y muy eficaz que garantiza, a su vez, la máxima discreción y privacidad.

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Lámina de agua

En el exterior, pensado para disfrutar de él buena parte del año, destaca a su vez el diseño de la piscina. De hecho, esta lámina de agua se ha pensado más bien como un carril de nado. Sus dimensiones (2 x 25 metros y 51 m2) nos remiten a esta finalidad. Como curiosidad, cabe destacar que la piscina es de agua salada.

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Su aspecto alargado y su armónica disposición, paralela al pavimento de la terraza, subrayan la marcada horizontalidad de la casa. A su vez, favorecen la existencia de un agradable espacio verde diseñado para el relax.

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En el interior, una pretendida ausencia de tabiques regala también la máxima amplitud a todos los espacios, equipados para regalar la máxima comodidad. El gusto por la madera como material noble, presente en los paneles o tableros móviles que dividen el interior, distribuyen los diferentes espacios colectivos y privados, y vuelven a regalar armonía a todo el conjunto. Calidez dentro y fuera de casa.

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Más info: www.lucasfox.es

 

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