Il Fondaco dei Tedeschi: Koolhaas moderniza un palacete de Venecia.
Il Fondaco dei Tedeschi es un edificio que alzó sus cimientos en 1228, testigo mudo de la evolución de la ciudad de los canales y de su historia a lo largo de los siglos. Un patrimonio valioso que el equipo encabezado por Ippolito Pestellini Laparelli, Rem Koolhaas y Silvia Sandor ha querido devolver a la luz.
La intervención en el palacete desbloquea así su potencial como punto de interés para turistas y venecianos, al convertirlo en unos grandes almacenes urbanos contemporáneos, en los que montar una amplia gama de actividades: desde ir de compras a eventos culturales, reuniones sociales o simplemente pasear. Una renovación sutil y ambiciosa, que continúa la tradición de vitalidad y adaptación del Fondaco, preservando otro capítulo de la historia ilustre y de múltiples capas del edificio. Evita reconstrucciones nostálgicos del pasado y desmitifica la imagen «sagrada» de un edificio histórico.
El «almacén de los alemanes» fue utilizado en sus orígenes como centro comercial para los comerciantes germanos, pasando a ser una aduana en tiempos de Napoleón, y una oficina de correos en la época de Mussolini en Italia. El edificio aparece retratado por maestros como Canaletto, y fotografiado innumerables veces como telón de fondo anónimo para el puente de Rialto. Testigo mudo de la época más importante de Venecia como centro mercantil, tenía hasta ahora un papel disminuido y transformado.
Dos veces destruido por el fuego y reconstruido -en su forma actual en 1506-, manipulado en el siglo XVIII, y sometido a una serie de intervenciones arquitectónicas radicales en el siglo XX para dar cabida a la central de correos bajo el régimen fascista, el Fondaco dei Tedeschi es un auténtico superviviente, que se encuentra protegido desde 1987.
Por ello, la actuación de OMA, compuesta por arquitectura y programación, se basa en un número finito de intervenciones estratégicas y dispositivos de distribución verticales, para soportar los nuevos usos y definir una secuencia de espacios públicos y caminos. Cada intervención se concibe como una excavación través de los medios existentes, liberando nuevas perspectivas y revelando la verdadera sustancia del edificio para sus visitantes como una acumulación de autenticidades.
Lo fundamental, sin duda, ha sido abrirlo a la plaza para los peatones, convirtiéndola en un «campo» urbano. Se han abierto nuevas entradas desde el Campo San Bartolomeo y el Rialto, y se han mantenido las ya existentes en el patio, generando novedosas rutas por el interior. Se ha respetado al máximo la presencia de elementos históricos como los frescos, y se ha renovado el pabellón existente del siglo XIX convirtiéndose en azotea.
Ésta es el espacio más público y sirve para uso y disfrute de la ciudad, accesible en todo momento, con su nuevo suelo de acero y vidrio que se cierne sobre el patio central y al que se le ha añadido una gran terraza de madera con espectaculares vistas.
Fondaco dei Tedeschi
30100 Venecia, Italia
