Un antiguo almacén se transforma a loft en Shoreditch – Londres.
La conversión de este antiguo almacén de uso comercial, ubicado en un edificio victoriano, en un apartamento de lujo presentó toda clase de desafíos. “La planta superior era básicamente un cobertizo de madera”, explica Gideon Purser, que trabajó en el proyecto como parte del equipo de Chris Dyson Architects. “Finalmente, pudimos crear una planta nueva con muchos metros cuadrados de espacio exterior, que, al mismo tiempo, pudo mantenerse fiel a la historia del edificio. Así, diseñamos la primera planta en torno a la escalera y las ventanas existentes, para después asegurarnos de que los elementos antiguos encajaban a la perfección con los que íbamos añadiendo”.
Puesto que la planta superior se prestaba a ser un espacio diáfano que fluyera de manera natural hacia las terrazas, Gideon decidió optar por una distribución menos convencional y situar los dormitorios en la planta baja y las principales zonas de estar arriba. “De esta manera los propietarios podrán dar mucho más uso a los exteriores”, explica.
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De un vistazo
Quién vive aquí: Una pareja joven
Situación: Shoreditch, zona este de Londres
Superficie: 4 habitaciones, 4 baños (3 con acceso desde el dormitorio)
Arquitectos: Gideon Purser y el equipo de Chris Dyson Architects
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Los dueños de este apartamento querían que la zona común principal tuviera un aspecto de loft. Por tanto, el arquitecto Gideon Purser diseñó un amplio espacio de planta abierta que albergara la cocina, el comedor y el salón y desembocara, por último, en las terrazas. La primera planta adopta así un carácter más privado y es donde se ubican los dormitorios y los cuartos de baño.
El encargo que recibió el equipo de arquitectos consistió en crear un refugio urbano de lujo. Por eso, Gideon prestó especial atención a los pequeños detalles, como el diseño de los marcos de las puertas, los zócalos y los muebles de cocina. “Estos últimos están fabricados con tableros de madera DM lacada, rematados con una encimera de cuarzo Silestone. La barra de desayuno es de hormigón pulido, que fue trabajado in situ y luego acabado con Silestone”, explica.
“Puesto que el almacén desprendía de por sí mucha personalidad, tratamos de mantener las instalaciones y añadir accesorios muy simples y neutros, a fin de no restar importancia a las características del edificio”, afirma el autor del proyecto.
El tragaluz que hay justo encima de la isla de cocina proporciona luz natural a la zona de la barra durante el día, mientras que por la noche la estancia queda iluminada de forma original por la iluminación led que rodea la ventana.
Sobre la mesa del comedor cuelgan unas elegantes lámparas de techo con pantallas de hormigón que dotan a esta zona de un ambiente íntimo.
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Una alfombra con motivos geométricos y una estrecha ventana en la parte superior de la pared ayudan a delimitar el salón y separarlo del resto de la estancia.
Se ha instalado calefacción por suelo radiante para liberar las paredes de radiadores y así aprovecharlas para espacio de almacenaje y piezas de arte. Gideon decidió colocar madera de roble para el suelo de la planta superior, ya que es un material menos propenso a deformarse y encogerse.
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Unas enormes puertas correderas dan acceso a ambas terrazas en las que desemboca, por una parte, el salón y, por otra, el comedor. Fuera, se colocaron unos grandes tiestos de metal con bambú para proporcionar una mayor privacidad al espacio al aire libre. Para el suelo se escogió un entarimado de madera artificial resistente a las diferentes condiciones climáticas.
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En la planta inferior, se restauraron las ventanas de la firma Crittall originales y se combinaron con unas cortinas hasta el suelo para otorgar un toque más distinguido a la suite principal. “Para este espacio, optamos por una combinación de colores apagados con el fin de no desviar la atención de las interesantes características arquitectónicas del edificio”, asegura Gideon.
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Contiguo al dormitorio encontramos este elegante cuarto de baño con dos lavabos y una ducha doble, que aseguran la máxima comodidad y rapidez por las mañanas.
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“Queríamos conservar y destacar los materiales del antiguo almacén, así que dejamos el ladrillo original expuesto en esta habitación y sellamos las paredes para evitar que cogieran demasiado polvo”, explica Gideon. “Respecto al resto de la decoración, la paleta de colores es muy neutra para que no interfiera con el vivo tono rojizo del ladrillo”, concluye.
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