Nueva luz para una casa rehabilitada del centro de Valencia.
De un vistazo
Quién vive aquí: Segunda residencia de una pareja de empresarios y su hijo. Todos viven en el extranjero
Arquitectos: Rubio and Ros
Superficie: 177 metros cuadrados + 50 metros cuadrados de terrazas
Situación: Una calle peatonal del casco histórico de Valencia
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“La casa, de dos plantas y un altillo, estaba repleta de pequeñas estancias compartimentadas, divididas con tabiques ciegos de obra, con escasez de luz natural y ventilación”, cuenta Isabel Rubio. “Su distribución y materiales no cumplían con las expectativas de los propietarios”.
La clave de la reforma fue el planteamiento de un espacio amplio y diáfano en el salón, que comunicara con la cocina y tuviera acceso a la escalera.
A fin de aligerar el volumen de la escalera existente, esta se sustituyó por una lámina de hierro plegada común en toda la vivienda. Dicen Amparo Ros e Isabel Rubio que “la escalera de hierro y la barandilla de latón fueron las piezas que exigieron un desarrollo y unos requerimientos técnicos más minuciosos”. Gracias a la nueva distribución, la casa consta de tres habitaciones dobles y dos salones –con la posibilidad de convertir uno de ellos en habitación auxiliar–, cocina integrada, tres baños y dos terrazas.
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Del edificio originario, que fue rehabilitado en 2004, se mantiene únicamente el exterior: la fachada y la primera crujía; mientras que el interior se ha modificado completamente. “Cuando nuestro cliente compró la vivienda no quiso conservar ningún elemento original, ya que el espacio estaba muy mal aprovechado”, comenta Isabel Rubio. De esta forma, el proyecto de reforma busca maximizar cada rincón de la casa dotándolo de nuevos usos.
Para garantizar el aislamiento térmico y acústico se han trasdosado todos los rincones de la casa, incluido el techo. El interior del trasdosado de los muros está relleno con lana de roca y el techo con lámina térmica. Además, toda la calefacción de la vivienda es de suelo radiante.
Al tratarse de una segunda vivienda, los propietarios querían un gran salón para reunirse con amigos. También necesitaban un dormitorio adicional para las visitas. De ahí el altillo, que además de albergar la suite principal cuenta con un gran espacio –abierto al salón en planta baja– con un sofá cama para invitados y baño propio. La cocina abierta y la doble altura del salón aportan todavía más amplitud al espacio.
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El pasillo que distribuye la zona de noche en la planta baja contiene un armario de puertas correderas con cuarto para la lavadora y sala de máquinas. Las interioristas han conectado esta zona directamente con el vestidor de la suite (en la imagen), ubicado en el altillo de la casa, mediante un tubo entre las dos plantas para la ropa sucia.
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El cabecero de la cama es de madera de nogal americano.
En la reforma se han utilizado predominantemente materiales nobles. La madera natural de nogal y metales como el latón pulido combinan con otros materiales sintéticos usados en los revestimiento de los baños y la cocina.
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“La decisión de integrar la cocina en el salón fue del cliente, que estaba habituado a las cocinas abiertas en sus otras viviendas”, comentan Isabel Rubio y Amparo Ros.
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La vivienda cuenta con tres baños. El de la suite principal de matrimonio destaca por el espejo Adnet: una pieza que combina piel y hebillas y que fue creada en los años cincuenta por el diseñador, interiorista y arquitecto francés Jacques Adnet para la firma de lujo Hermès. En la actualidad lo edita la firma danesa Gubi.
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Desde las dos terrazas de la casa se disfruta del casco histórico de la ciudad. Son el lugar ideal para relajarse, tomar el sol y organizar veladas con amigos. Las interioristas las han diseñado acorde con el carácter sobrio y elegante de toda la vivienda.
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