#Milano2016. Casa Vitra inundó Milán con sus mil colores.
Las novedades de Vitra en el Salone, en nuestro primer top 5 sobre Milán.
El trabajo de investigación que está llevando a cabo Hella Jongerius en Vitra, estudiando las propiedades y posibilidades de los colores, texturas, acabados y materiales de la cartera de productos de la empresa, se plasmó en Colour Machine, un éxito de instalación que se convirtió en uno de los puntos más fotografiados de la feria. Su concepto y diseño son de Bas van Tol y Müller van Tol, con dirección de arte de la propia Jongerius.
Casa Vitra hipnotizaba al observador desde la entrada. Los cristales de la fachada del espacio escogido, vecino al Corso Como, dejaban ver unos molinos que don Quijote hubiera atacado cual gigantes, pero de mil colores.
Al adentrarse en la instalación se descubrían las nueve ruedas coloridas girando en el aire. Estas ruedas son un homenaje a algunas piezas de mobiliario clásicas y contemporáneas de diseñadores emblemáticos de Vitra, tales como la base de la mesa EM de Prouvé, o las carcasas de la Plastic Chair de los Eames.
Por debajo, en el suelo, una serie de peonzas gigantes bailaban en el suelo para presentar toda la gama de materiales de Vitra en cuatro universos tonales: claros, oscuros, verdes y rojos. Estos cuatro universos constituyen los cimientos de la biblioteca, donde se organizan materiales textiles, plásticos, maderas y colores de muchas formas y tamaños.
Las ruedas muestran la forma en que los colores se ven afectados por el volumen, la forma y el material y el modo en que estos elementos interactúan entre sí. Que una superficie sea brillante o mate, grande o pequeña, determina lo alto que grita o la suavidad con la que susurra.
Una atractiva experiencia policromática sobre el exuberante mundo de colores de Vitra, con la que el visitante podía interactuar: tocando los tejidos, haciendo girar las ruedas y examinando de cerca los nuevos materiales de la parte plana de las peonzas. Las gamas de colores giran en una interacción dinámica de tonos, los materiales cobran vida y se muestra el proceso de construcción de la biblioteca.
«Mi objetivo es llamar la atención sobre el color como entidad en permanente cambio. Cuestionar el aspecto del color, nuestra relación con él y especular sobre su naturaleza es, en esencia, un proceso interminable. A la hora de elegir colores no se cometen errores, solo hay variaciones de expresiones subjetivas. No obstante, una buena biblioteca de colores puede ayudar a tomar una decisión», afirma Hella Jongerius, cuyo estudio también se ha visto reflejado en la instalación.
Pero ahí no acababa la experiencia en la Casa: subiendo por las escaleras, en el entresuelo se encontraba Colour Spa. Un especial salón de manicura para presentar una edición limitada de lacas de uñas inspiradas en la paleta de colores de Vitra, en colaboración con USLU Airlines.
Y por último y en el primer piso se situaba el Salone Grande. Un gran espacio amueblado con los nuevos productos de la marca junto a algunos de sus iconos más reconocibles, que proporcionaba una sugerente invitación para los visitantes, donde detenerse, descansar y disfrutar de la atmósfera.
El salón de Casa Vitra se convirtió así en el espacio ideal de interacción, suma de ideas y ocio perfecto para los ajetreados días de Milano Design Week.
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