Una atmósfera de club clandestino en el madrileño Tatel.
Glamour de los años 30, música en directo y una innovadora carta caracterizan a Tatel, un restaurante lleno de ritmo, con una identidad única.
Vinculados con el proyecto desde sus inicios, el duo formado por el arquitecto Michele Corbani y el diseñador industrial Andrea Spada ha creado para este restaurante un look&feel totalmente diferente. Un traje a medida para el más ambicioso proyecto de los expertos en ocio y restauración Blue Marlin y Ushuaia. La unión de su expertise y knowhow lo consolidará como el mayor proyecto de exportación de gastronomía tradicional española.
Con la idea de concebir el speak easy del siglo XXI, ILMIODESIGN ha realizado en Tatel un revisión contemporánea de los célebres clubes surgidos durante la época de la Ley Seca. Su inconfundible estilo fusiona la elegante estética de los años 30 y 50 con un twist muy actual.
Sofisticación y calidad crean un entorno rico y cálido, pero sin ostentación ni elementos superfluos. En este peculiar entorno, se integran sutiles guiños a la cultura española en forma de murales en los que revisitan de forma amable y actual lo más reconocible de nuestra idiosincrasia. Un espacio en el que los cinco sentidos se activan y la memoria revisa mil y una imágenes de los clubes que aparecen en los clásicos del cine negro sin encontrar nada igual.
Dos son las claves espaciales que imprimen carácter al espacio. En primer lugar, la fluidez de su planteamiento en el que exterior e interior están plenamente integrados. Y, en segundo lugar, su distribución. Un ejercicio de arquitectura de interiores que aprovecha lo diáfano del espacio para convertirlo en un local donde desde cualquier rincón se tiene una vista panorámica de todo el Restaurante.
Los 800 m2 del local se articulan en cuatro zonas intercomunicadas cuyo aspecto se sofistica sutilmente a medida de que el cliente se vaya adentrando.
Se parte de la zona de acceso, concebida como una gran terraza cubierta, una veranda que se comunica con el Paseo de la Castellana mediante grandes ventanales. Comprende un mercado con productos gourmet y una zona de restauración desenfadada. El pavimento de adoquinado portugués que nos da la bienvenida continúa en buena parte del local unificando los espacios.
Acto seguido, se accede a la zona de lounge bar con mesas altas, taburetes y sofás. Un lugar pensado para socializar y disfrutar de la experiencia Tatel de una forma más informal. La barra, con una longitud de 12 mts, realizada en zinc y mármol perlado es el alma de esta zona. Junto a ella, varios pódium móviles permitirán que los músicos se sitúen entre el público durante las actuaciones en directo.
Entre el bar y el restaurante a la carta se encuentra el icono de Tatel: la espectacular cabina redonda del DJ. Realizada en cobre sirve como división natural del espacio. Una escenario que permitirá a los DJ´s tener contacto 360º con el público.
Tras la cabina y elevada sobre tres peldaños, encontramos la zona de restauración. Enmarcada por dos grandes sofás capitoné gana en elegancia y distinción.
A sus espaldas, un nivel más alto aún, se distribuyen los cinco privados Tatel. Cinco espacios creados con una identidad propia, en armonía con el resto de la decoración.
Cada uno de ellos con un carácter diferente en los que tener reuniones de trabajo o las celebraciones más exclusivas.
Cinco espacios que van desde la librería más chic, con chimenea de mármol, hasta el privé clandestino con acceso exclusivo a través de la cocina.
La iluminación juega un papel fundamental en la ambientación del espacio. Concebida en clave baja genera una atmósfera íntima, con un original tono ambarino. Controlada por un complejo sistema informático, se basa en la idea de mood lighting que permite crear diferentes matices según el momento del día.
La variedad de materiales empleados por ILMIODESIGN en Tatel es tan rica como sorprendente. En palabras de los creadores «hemos fusionado metales, mármoles y piedras, con madera de nogal y vidrios estampados».
Una mención especial merecen los materiales pétreos. La elegancia y la resistencia de estos materiales han llevado a sus autores a conectar con una gran empresa, Grupo Cosentino, quien les ha permitido dar soluciones a todas las necesidades proyectuales a través de sus marcas: Silestone®, marca líder en superficies de cuarzo, Scalea® que engloba los productos naturales como mármoles, granitos, cuarcitas o pizarras y Prexury®, superficies elaboradas a partir de piedras semipreciosas.
Especial protagonismo adquiere el bellos suelo de adoquín en tonos blanco y negro, inspirados en las calzadas portuguesas. Se ha elegido el tamaño de 5x5x5, y con él se ha pretendido romper la clásica barrera entre interior y exterior. ILMIODESIGN ha dado un paso más allá al emplearlo también en vertical, forrando paredes, zócalos altos y el frente de barra.
Con los adoquines convive el original suelo de madera. En el restaurante y los privados se ha utilizado un modelo de tarima fabricado por la marca austriaca Mafi formado por bloques compactos de madera de 40×40 mm que configuran un dominó que aporta una imagen de un fuerte impacto visual.
Otra madera que tiene especial importancia en el proyecto es el nogal, según Michele Corbani, “es nuestra madera oscura favorita en ILMIODESIGN por su nobleza y veteado. Está considerada como la más selecta de entre las variedades duras de Estados Unidos. Con ella hemos realizado el gran botellero del bar y el mueble del mercado que da la bienvenida a quien entra en Tatel.
Por último, los metales también tienen cabida en Tatel, aportando su toque de glamour y clase. Lo más destacado es la atípica fusión que ILMIODESIGN hace del oro, el cobre o el zinc. Conviven mates y brillantes creando un peculiar juego de matices.
Fotografías: Uxio Dávila