Sauvage. La floristería más salvaje de la ciudad.
Que las plantas de interior han vuelto es un hecho. Otro de esos retornos imposibles que pensábamos que no sucederían, ha sucedido. Palmeras de coco o kentias de lo más victoriano inundan ahora los interiores cool. Pero hay quien no se conforma sólo con volver a lo de antes y experimenta sobre una estética ya pasada para volverla fresca, distinta o salvaje, como en este caso. Laura González y Chabeli Rodriguez son dos ‘floristas’ que recogen plantas del bosque y las mezclan con flores de temporada. O incluso con flores raras. Y crean proyectos botánicos -como los llaman ellas- que nos han dejado boquiabiertos. Nada que ver con la ñoñería de los ramitos tipo bouquet; cactus colgantes, flores feas como un cardo o plantas silvestres de-cuyo-nombre-no-puedo-acordarme forman los bellos diseños de Sauvage Studio.
Su estilo lo llaman ‘naturista’ ya que mezcla lo salvaje y lo formal. Desde el estudio, las fundadoras llevaban un par de años trabajando por encargo, dedicándose a la «dinamización vegetal y floral». El mes pasado inauguraron su propia tienda -que podría llamarse floristería, pero casi mejor no- en el barrio de Sant Antoni. Lo más de lo más ahora mismo en la Ciudad Condal. El espacio lo han rehabilitado ellas mismas; era una antigua tienda de ultramarinos y vivienda a la vez, que llevaba 12 años cerrada. Una vez reabierto, el espacio es tan salvaje como las plantas que alberga.
«El local estaba totalmente arruinado, las paredes oscuras y dañadas por la polución de la ciudad». Estaba lleno de detalles alucinantes que contaban la historia de la familia que lo habitaba: «Aún había peines en los baños, utensilios de cocina, y hasta un cuarto de un niño que se volvió adolescente allí: los pósters de playboy y las pegatinas de chicle de los de 5 pesetas todavía estaban colgados en la pared. Nos enamoró».
La reforma fue muy básica, se respetó la personalidad del local, poniendo atención en los pequeños detalles como las antiguas puertas de madera, las baldosas, y las paredes desconchadas. Ahora, un aspecto de descuido perfecto, con muros imperfectos, viejos suelos a medio recuperar y al fondo un patio sombrío, forman una tienda encantada. Dos pisos repletos de maravillas salvajes.
Así es Sauvage, un lugar melancólico y atrevido a la vez. Un nuevo local en la ciudad que no te puedes perder.