¿Un estanco de diseño? El Calvario, en Vigo, lo ha conseguido.
Diáfano, ordenado y pulcro. Contraste entre modernidad y calidez para que los clientes deseen entrar. Espacio pequeño agrandado por el efecto óptico. Eso serían los tres ejes alrededor del cual gira el proyecto.
Cuando el equipo formado por Wenceslao López, Vicente Pillado y Alberto F. Reiriz lo abordaron en seguida detectaron los puntos conflictivos: uno, falta de espacio – tan sólo 22 metros cuadrados – agravada por la sobrecarga de diferentes elementos. Dos, obsolescencia del concepto por la venta de otros productos alejados de lo que entendemos por un estanco tradicional.
Y tres, el local carecía de personalidad propia ya que las diferentes intervenciones y ampliaciones que ha sufrido el establecimiento lo habían descaracterizado. Y encima dándole una sensación de descuido y desorganización.
Había que solucionar todos estos problemas y para ello adoptaron diferentes estrategias pero siempre inspirándose en la arquitectura japonesa “por la escasa superficie con la que ellos trabajan y la habilidad con que insertan e integran sus volúmenes en la malla urbana”, explican. Por otra parte, buscaron referencias para conseguir orden y pulcritud aunque éstas fuesen extremas.
Para ganar espacio y solventar la falta de organización hicieron tres cosas: se aumentó la superficie de almacenamiento en la parte posterior del estanco. Luego eliminaron el falso techo para ganar altura. De este modo los muebles podían ser más altos aunque el acceso a las zonas superiores requiera una escalera portátil. Y por último, dejaron la zona del público lo más diáfana y limpia posible para que el cliente tuviera claridad para ver todos los productos expuestos.
La fachada tenía que llamar la atención de los viandantes, dejarles ver el interior e invitarles a entrar. Para ello escogieron una piel en aluminio microperforado que, por una parte, regulariza los desfases que tiene la fachada, y, por otra, deja entrever el alzado del interior. La piel en aluminio llama la atención por sí sola, pero para reforzar el efecto jugaron con la iluminación, insertándola entre las dos fachadas para que el volumen actúe “como una linterna”.
El blanco fue el color elegido porque ¿qué tono supera la sensación de aspecto nítido, sencillo y ordenado? Y lo mejor es que estos recursos tienen relación con el principal producto que vende el estanco porque las proporciones y volumetrías de la fachada crean el efecto de una gran cajetilla, y el blanco alude al papel que envuelve el tabaco.
La piel microperforada llama la atención y da sensación de modernidad pero ahora hacía falta dejar ver un interior cálido para invitar a las personas a entrar. Para ello recurrieron a la madera como material principal para dentro.
Combinaron dos tipos de madera para contrastar y no sobrecargar el espacio con una imagen demasiado pesada: pino gallego con su aspecto veteado y madera lacada en blanco. La madera blanca, por cierto, es también una referencia del diseño japonés y, además, sigue haciendo un guiño al blanco del papel del cigarro y al material más utilizado en los estancos tradicionales.
El mobiliario, por su parte, responde a la función que desempeña. Por ejemplo, el espacio de mostrador muestra diferentes alturas para una fácil comprensión por parte de los clientes.
Fotografías: Iván Casal Nieto
Estanco Calvario Calle Cataluña, 4 Vigo estancoocalvario.blogspot.com.es
3 comentarios
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Ni siquiera os ha contestado la tal Mariola, yo soy testigo del gran «trabajo» de estos señores y no escucho más que alabanzas jajajajajaja, permite que me descojone.
En cuanto a la carencia de personalidad y demás tonterías, mira si lo tiene, que en lo primero en lo que te fijaste fue en todo lo que había además del tabaco, si eso no es una personalidad propia, no sé tú que entiendes por ese concepto. El estanco que muy posiblemente más vende de la ciudad y resulta que estos arquitectos lo han prácticamente sacado de la basura, jajajajaaj, más de cincuenta años de historia y ahí siguen campeona!!
Buenos días, me presento como parte interesada del Estanco Calvario Vigo 50. Dado que somos los protagonistas de este artículo pero nadie nos ha preguntado cuánto ha mejorado el estanco gracias a NAN Arquitectos, voy a tomarme la licencia de contarlo igualmente.
En primer lugar, y con la verdad siempre por delante (demostrable gráficamente) he de decir que esos suelos de los que se presume se han cambiado 3 veces desde que pasaron por aquí Nan Arquitectos, ya que a pesar de pagar por un suelo que no se destrozaba ni con la lluvia ni con las pisadas, hubo que cambiarlo a los dos meses de ponerlo. Nan Arquitectos, por supuesto, no se hizo cargo.
Ese estilo anticuado del que hablas y que estos señores cambiaron por un estilo japonés depurado, no son más que estanterías de pésima calidad que apenas un año después de la obra ya se habían agrietado. Nan Arquitectos, por supuesto, no se hizo cargo.
Ese orden y pulcritud que destacas, son unos baños sin rematar, estanterías sin colocar y pasillo de tabaco mal colocados. A pesar de las sucesivas llamadas a la empresa, Nan Arquitectos, por supuesto, no se hizo cargo.
Por último, te quiero dedicar unas palabras a ti, autora, que presupongo sin miedo a equivocarme que no sabes nada sobre la venta de tabacos, las expendedurías o los estancos pero te tomas la libertad para hablar de «obsolescencia del concepto por la venta de otros productos alejados de lo que entendemos por un estanco tradicional» o decir que «el local carecía de personalidad propia».
Somos uno de los estancos más antiguos de Vigo, el negocio familiar más longevo del calvario y una de las expendedurías que más vende en la ciudad. Luego nuestro concepto, tan desencaminado, no debe estar.
Por último mando un saludo Nan Arquitectos, a quienes esperamos desde hace año y medio para que arreglen la chapuza que hicieron.