Tempus Fugit, la instalación de Antoni Arola para LlumBCN.
En el circuito de instalaciones han participado alumnos y profesores de escuelas de diseño, iluminación, arquitectura o interiorismo de Barcelona con la colaboración del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación (APDI), entre otras entidades y artistas de reconocido prestigio. Entre los que ya te contamos en diarioDESIGN en nuestro preview, conoceremos en profundidad Tempus Fugit, la instalación de Antoni Arola en el Palacio Sessa-Larrard.
El edificio de estilo Neoclásico se encuentra situado en la calle Ample, eje del barrio de la Mercè, y a lo largo de su historia pasó de ser propiedad del duque de Sessa a las manos de Juan Alejandro de Larrard (razón por la que dispone de ambos apelativos), acogiendo usos como palacio señorial en sus orígenes, convento, colegio e incluso prisión en los inicios de la Guerra Civil. Ahora se encuentra en desuso y deshabitado, pero no por ello su belleza es digna de iluminarse.
Por ello, la idea de Arola y su equipo ha sido plasmar el tiempo vivido, utilizando para ello el péndulo como elemento protagonista de la luz y el sonido que con su movimiento nos representa y acompaña en este viaje por la historia. Los péndulos actúan así como organizadores de la instalación, puntos que incorporan luz y sonido y son accionados por el público. De este modo se descubren por parte del visitante los rincones del espacio y la historia.
El proyecto se ha desarrollado en torno a un péndulo central y un conjunto de péndulos “satélites” que explican diferentes historias, y se convierten en personajes únicos que, con su movimiento, nos descubren las capas vividas en el edificio y nos susurran diferentes recuerdos.