UNStudio diseña una casa en Holanda con forma de flor inteligente.
La organización de la casa se define en relación a sus condiciones externas. Las áreas más íntimas de trabajo y de sueño están ubicados en la parte trasera, que cuentan con la protección de los bosques cercanos, mientras que las zonas más públicas disfrutan de amplias vistas panorámicas del pólder.
La planta sugiere la forma de una sencilla flor, curvándose cada una de las cuatro fachadas hacia el interior para crear cuatro alas que se asemejan a pétalos. Estos entrantes curvos están conectados visualmente entre sí a través de líneas de visión, que se cruzan en el centro y proporcionan diferentes vistas diagonales de todo el edificio.
La vivienda está totalmente acristalada, conectando los dos paisajes que la rodean con el interior. Voladizos y muros laterales fortalecen aún más esta comunicación enmarcando las vistas hacia el paisaje y proporcionando terrazas exteriores protegidas. Estas paredes laterales aportan además privacidad con respecto a los edificios vecinos situados a ambos lados.
La posición elevada y la disposición abierta de las zonas más públicas –cocina, comedor, sala de estar- en el primer piso incrementa todavía más las vistas al exterior.
La zona de jardín se inclina suavemente hacia las terrazas, creando la impresión de que la casa se funde con el paisaje del pólder.
La organización vertical del edificio sigue un principio centrífugo. Una escalera situada en el centro de la casa conecta las cuatro alas, ofreciendo en cada uno de sus tramos expansivas vistas de la casa y del paisaje circundante.
A pie de calle se encuentra el garaje y en la planta primera se ubica la principal zona de estar y la cocina en la parte delantera, así como las habitaciones de los niños y la sala de música en la zona trasera.
En el segundo piso se encuentran el dormitorio principal con hamam y la habitación de invitados en la parte posterior.
Una generosa azotea ocupa los dos pétalos delanteros de este nivel, ofreciendo unas espectaculares vistas al paisaje de pólder.
Un sistema domótico permite un control integrado de los sistemas eléctricos, incluyendo los paneles solares y las instalaciones mecánicas. Los vidrios polarizados de las fachadas permiten una mayor entrada de luz natural y privacidad en los espacios interiores.
La fachada y la cubierta están revestidas con listones de madera, que en determinados puntos sobresalen y penetran, proporcionando un juego de sombras que varía según el punto de vista, creando aberturas secundarias en el baño y la cocina.
Para Ben van Berkel el proyecto da respuesta a los desafíos a los que se enfrenta un arquitecto hoy en día a lo hora de diseñar una vivienda unifamiliar, ofreciendo una solución que refleja el grado de flexibilidad, sostenibilidad y automatización requerido por los residentes.
Fotografías: Interior: ©Inga Powilleit. Exterior: ©Fedde de Weert
