Entrevista a Javier Mariscal: “Es importante ser mentiroso, tramposo y cínico”
El paseo de Javier Mariscal empezó a las 12.30 horas en el stand de Canella, firma valenciana veterana en la fabricación de mueble de alto standing, o sea, clásico. ¿Qué pintaba pues allí? El hecho de que la marca haya decidido apostar por un diseño más actual y se haya estrenado con un sofá Chester by Mariscal.
Así, bajo el lema, ‘Todo, incluso los buenos clásicos, se pueden reinterpretar’, la firma sigue fiel a su línea pero aporta una buena dosis de contemporaneidad. También originalidad, por qué ¿dónde se ha visto un Chester con colores más propios de Ágata Ruíz de la Prada que los marrones y verdes que campan por el mundo?
Así que allá que acudió Mariscal para presentarlo ante el público y la prensa. Y funcionó. Probablemente fue una de las piezas más fotografiadas de la feria y Canella, en concreto, recibió un treinta por ciento más de visitas que el año pasado.
El diseñador, por supuesto, lo dio todo: posó de pie, sentado, acostado… Y ya que estaba allí, fue el encargado de otorgar, por la tarde, los premios del I Concurso Internacional de Diseño de Mobiliario Clásico, organizado también por Canella, cuyo ganador, por cierto, fue el estudiante peruano Alejandro Merino Guerrero con su silla Polifome.
Por la noche tocaba presentarlo ‘off the feria’, es decir, dentro de las actividades complementarias que se celebran en la capital del Turia cuando cierran los stands. Canella eligió para el evento el Mercado de Colón, reconvertido hoy en uno de esos sitios de tapas y ocio llamados mercados gourmet.
Otra vez posado pero ahora con un Chester de tres plazas, porque la idea es sacar de aquí a un año y medio una colección que incluya las tres variantes: el sillón, el biplaza (expuesto en la feria) y este último. A esas horas era cuando los medios habían sido convocados para hablar con el dibujante, afincado en Barcelona, así que allá que fuimos.
Y allí, en un espacio diseñado por José Manuel Ferrero en el que también se podían contemplar algunas piezas de las colecciones Klass y Vohen, vimos a Mariscal dando una vuelta por fuera del perímetro que rodeaba a las más de 150 personas que acudieron a la fiesta. Sólo y con semblante ajeno a lo que ocurría a su alrededor, ¿estaría cansado? ¿Quizás no le gustan esta clase de eventos? ¿Tal vez el artista necesitaba un momento de soledad para encontrarse a sí mismo? ¿O estaría recordando cuando de niño – nació a tan sólo unas calles de allí – acompañaba a su madre al mercado cuando éste vendía frutas y verduras?
Sea como fuere, servidora tenía miedo de que a esas horas el dibujante ya no estuviese para muchas entrevistas, pero se equivocó. Profesionalidad ante todo, así que, pese al cansancio de toda la jornada y el frío húmedo que se colaba en este edificio medio a la intemperie, nos alejamos un poco del barullo para charlar más tranquilamente.
Antes de sentarse en el taburete, le dio la vuelta. Es una manía que tiene, nos confesó. Le gusta ver la parte interior de las sillas para ver cómo están fabricadas. Luego, por equivocación, le sirvieron dos copas de vino tinto al mismo tiempo. En fin, dos mejor que una, no? “Sí”, asintió.
diarioDESIGN: ¿Qué le animó a participar en el proyecto?
Javier Mariscal: Bueno, es un reto. Es una casa que fabrica muy bien, son serios y su pregunta fue ‘¿te atreverías a darle una vuelta de tuerca a tres tipologías de sillones muy clásicos? Entonces, no sé, es un ejercicio divertido.
dD: ¿Y se divirtió haciéndolo?
JM: Sí, sí, claro, me pagan por divertirme.
dD: ¿En qué se ha inspirado?
JM: No, inspirarte no. Es simplemente ponerte un problema y resolverlo. Y en este caso lo he resuelto introduciendo colores que no se usan nunca en un Chester sabiendo que había un catálogo de pieles con unos colores maravillosos. E introducirlos también de una manera bastante racional. No cortas, sino que son los mismos rombos los que te marcan. Entonces una esquina es más azulada, la otra es más fresa… Los rombos se han ampliado pero no hemos tocado las medidas del sofá porque me parecían muy buenas. Eso sí, en los laterales y la parte trasera hay una novedad: todo es muy liso y hay unas bandas de colores. Por detrás es muy bonito.
Primera observación: a Mariscal le interesa tanto el interior y la parte trasera de las piezas como lo que se ve a primera vista. La segunda: un alto grado de auto exigencia. “Esto es un prototipo que está muy mal hecho”, suelta sobre el Chester expuesto.
dD: Sí, ¿lo reconoce?
JM: Sí, sí, claro. Es el primer prototipo, es normal. Hay cantidad de problemas que solucionar. Por ejemplo las pieles son demasiado duras. Yo me hubiera esperado un año para hacer muchas pruebas, hasta que la pieza estuviera muy perfecta.
dD: ¿Y le parece bien que se presente?
JM: No, no me parece bien, pero bueno, es así. Entiendo que ellos, por marketing, o por lo que sea, necesiten hacerlo. Los fabricantes siempre tienen la necesidad de enseñar la novedad, el ‘venga, venga, vamos, para la feria, para la feria’. En la de Milán te encuentras prototipos en los que no te puedes ni sentar.
dD: ¿En éste, por lo menos, se puede? (risas)
JM: En este sí te puedes sentar (más risas).
Más tarde reconoce: “Yo me veo siempre con mucha distancia. A mí me gusta el trabajo de los demás pero al mío siempre le encuentro miles de defectos. Desde muy pequeño…”
Zanjamos el tema del sofá hablando sobre la versión light de Chester by Mariscal. “Se ha trabajado simplemente con cremas, grises y blancos rotos. Es muy clásico pero me gusta mucho y en un despacho puede funcionar muy bien”. El más colorido, en cambio, sería ideal para “el hall de un hotel o una casa grande donde todo es blanco y de repente hay una pieza rompiendo”.
Aprovechando que había estado en Feria Habitat le preguntamos qué le había parecido. “Hombre, hay una cosa que me ha gustado y es ver que parece ser que hay energía otra vez, que todo el mundo se está volviendo a mover”.
dD: ¿Y la sección del Nude (el espacio dedicado a los nuevos talentos)?
JM: Bueno, siempre esperas que las nuevas generaciones sean más salvajes, que rompan más, que traten de investigar o encontrar otras formas. Que propongan otra sintaxis y otra manera de conjugar. Pero desde hace un tiempo, en este tipo de exposiciones, donde salen estudiantes o recién acabados, todos hacen cosas como muy tradicionales, muy baratitas, muy sencillitas, y no me sorprende ni me aporta nada. Me parece aburridísimo y un poco triste.
Reflexiona sobre su propia experiencia. “Cuando eres más joven, te atreves y te equivocas pero también haces cosas mucho más sorprendentes. Yo, a los 27 años, hice un bar aquí, que se llamaba Duplex, que fue la bomba en Valencia. Fue un antes y un después. No he visto nada así en estos jóvenes.
dD: ¿Cambiaría algo de su trayectoria?
JM: Primero, no sé lo que es mi trayectoria. Tampoco lo pienso y menos cambiar. Cómo no es posible, ni me interesa pensarlo.
Entramos en la parte más personal.
dD: Algunos medios le han descrito como una persona optimista, versátil y cínica. ¿Se identifica con ello?
JM: Me parece fantástico que digan esas cosas.
dD: Incluso con lo de cínico?
JM: Hombre, es muy importante ser mentiroso, tramposo, cínico…
dD: Por qué?
JM: Porque la vida es así. Desde que el homo sapiens es sapiens siempre ha habido el humor, el cinismo, el cachondeo, el saber ser autocrítico. Más que cínico es no creerte casi nada.
Ni siquiera a sí mismo. Incluso cuando tu película (Chico y Rita) es una de las candidatas al Oscar al mejor filme de habla en lengua no inglesa. “Aquel día yo decía ‘espero que no nos lo den porque mi película está llena de errores’, y en cambio Fernando [Trueba] decía ‘no, no, tú eres tonto, es la mejor de todas’.
Más tarde retomamos lo de ser tramposos. “Los políticos son el reflejo de una sociedad, no sólo porque los votamos sino porque todos somos corruptos. Quizás sea más agravante corromper con dinero público pero no son una excepción”.
Volvemos al trabajo. ¿En qué está metido últimamente? Aquí va la lista: primero, presentar el boceto de una plaza con jardín para la zona de embarque del puerto de Dénia. Luego se va a Japón, donde un constructor local le ha encargado el diseño de un prototipo de casa. “La gente pasa por un parque donde están los diferentes modelos y pueden elegir uno u otro con pequeños cambios. Es una casa hecha toda de madera, con un patio. Mediterránea”, nos explica.
Le maravilla Japón. “Son muy agradables”, pero de ahí a aceptar el proyecto con los ojos cerrados… “Claro que lo piensas porque no es fácil hacer una casa con toda de tecnología de madera y piensas como una familia japonesa podría vivir ahí dentro”.
Por último está la botella, el packaging y el libro que ha diseñado para Papa Andrés, el exclusivo ron que hasta ahora sólo degustaba la familia Brugal y que para compartirlo con el resto del mundo lo han presentado de una manera tan especial como su sabor.
Dice que nunca se aburre con su trabajo y pese a que podría ser catalogado de diferentes maneras, se autodefine como dibujante “porque todo parte del dibujo. Siempre”.
Terminamos poniéndonos un poco filosóficos.
dD: ¿Qué papel juega el diseño en la sociedad actual?
JM: Nuestra vida está rodeada de diseño. Tus gafas, tu ropa interior, el Ipad, esta mesa… todo está diseñado. Y como depende de la tecnología – este taburete, hace quince años, no se podía fabricar – mejora nuestras vidas y hace que nuestra sociedad funcione mucho mejor. Y también está el diseño gráfico, que es fundamental. Existe desde que se creó el lenguaje humano. Es uno de los pilares que hizo posible la revolución cognitiva del hombre, el poderse entender en sociedad y el poder pasar el conocimiento de una generación a otra. Entonces, gracias al diseño gráfico, nuestro mundo es más ordenado. Cualquier información pasa por un proceso gráfico y la entiendes mejor.
Nos avisan de que otros periodistas están haciendo cola. Una última pregunta aprovechando el lugar:
dD: ¿A favor o en contra de los mercados gourmet?
JM: Pues me parece muy bien. No sé por qué desapareció el mercado tradicional o por qué no hay una mezcla, pero me parece bien buscar nuevos usos.
Nos despedimos. “Ha sido un placer”, nos dijo. El sentimiento fue mutuo.