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Al tun tún; la ‘tramoya’ de Sandra Tarruella Interioristas en un bistró de Valencia.

Edificio de los años 30, en la aburguesada calle Sorní y destinado a ser un restaurante. Este proyecto tenía que tener alma de bistró sí o sí. Pero como estamos en 2015 y el estudio de Sandra Tarruella se ha encargado del interiorismo, la estética de Al tun tún es claramente contemporánea y desenfadada.

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El interior del local también invitaba a ello. Ubicado en un antiguo garaje, el espacio es diáfano, de gran altura y con un pequeño altillo abierto a doble espacio y perfecto para situar la cocina justo debajo, convirtiéndola – como buen bistró – en el elemento central, pues queda visible desde todas las mesas del alrededor. Tal es así que la barra, que funciona como nexo de unión entre la cocina y el comedor, se ha diseñado más baja para facilitar la conexión entre los espacios.

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La clave para darle el ambiente de bistró pero sin que resultase vintage reside en el equilibrio de los materiales escogidos por Ricard Trenchs y Elsa Noms, los responsable de proyecto, así como un juego entre lo nuevo y lo viejo, el cual llega a su auge en la escultura de luz que forma la iluminación.

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Así pues, el exterior recuerda a los establecimientos de e este tipo del siglo pasado a través de grandes ventanales, carpinterías de color verde y los toldos verdes, que remarcan los huecos de la fachada.

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Dentro, por su parte, el confort y la calidez de los bistrós aparecen en los suelos de madera de roble rústico, que sube por las paredes de gran altura, la elegancia clásica que aportan el blanco y el negro, así como los acabados en latón y mármol.

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Destaca la cocina, a la que el estudio describe como una “isla de mármol blanco”; la barra, con un sobre de piedra negra y el frontal forrado con las persianas del local anterior; la escalera de madera desgastada, también original; la mesas de madera de mongoy; y el remate del latón en los cantos de las mesas de piedra, en las que se juega con el blanco, el negro y el gris.

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En cuanto al mobiliario, no podían faltar los taburetes o el recurso de combinar diferentes tipos de silla de madera, en este caso tapizadas en blanco y negro.

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Y luego viene la parte moderna, la que aporta sobriedad y actúa como elemento clave y diferenciador, hasta el punto de convertirse en un elemento escénico. Se trata, como decíamos, de una instalación de 57 lámparas de vidrio pintado, suspendidas del techo a modo de tramoya.

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Las bolas de vidrio potencian la altura del local y actúan de reclamo en el exterior. Tienen distintas dimensiones y se han pintado parcialmente para focalizar la luz.

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Los cables negros bajan hasta las lámparas tensados verticalmente, a modo de filtro visual, pero recorren los techos “como un enjambre desordenado y caótico”. O sea, al tun tún, como el nombre del restaurante.

Fotografías: Sandra Tarruella Interioristas

Al tun tún
Pza. de América, 4
Chaflán C/ Sorní
Valencia, 46004

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