Casas Dasa y Datri. Dos residencias en México mellizas pero no gemelas.
Las casas están situadas en una zona vacacional de lujo cerca de Ciudad de México. En concreto en el Amanali Country Club and Nautical, en Tepeji del Río de Ocampo, en el estado de Hidalgo. Y sobre una topografía con un desnivel que permite vistas al lago, el campo de golf y, a nivel arquitectónico, varias terrazas.
Marco Velázquez, cabeza del estudio de arquitectura Mavarq, ha sido el encargado de llevar a puerto este proyecto que, en realidad, parte de una fórmula muy sencilla: volúmenes iniciales simétricos y, como nexo de unión, las áreas exteriores.
Las dos residencias siguen el esquema tradicional de una casa de campo con un techo a dos aguas. Luego, sobre el plano, se dividió simétricamente en dos y se desplazó cada volumen resultante en un extremo opuesto del terreno, dando paso a la creación de un patio central entre ambas donde quedan ubicadas la terraza, la piscina y el asador.
A partir de aquí se hicieron las modificaciones necesarias para personalizar cada casa. “Usamos operaciones muy sencillas (estirar, sustraer, separar y dividir) que nos ayudaran a conservar el esquema inicial lo más posible pero que como resultado final definieran el volumen y la experiencia espacial”, explican desde el estudio.
Estas operaciones, en concreto los volados en los volúmenes de los segundos niveles de ambas casas, también han modificado por ende el patio central.
¿Y cómo es cada una? Pues la casa Dasa busca una comunicación total entre el interior y el exterior. Física y visual. Esto se traduce en espacios diáfanos y continuos. Incluso el área de entretenimiento de la planta alta está comunicada con el resto de espacios de la casa.
En cuanto a los materiales, son sencillos y mínimos, con el acero, el vidrio y hormigón como acabados predominantes.
La casa Datri, por su parte, cuenta con estancias partidas y diferenciadas unas de otras. Su objetivo es descubrirla mientras se recorre. Sus acabados también son diferentes.
A nivel de materiales, las dos comparten también el hormigón en la planta baja, lo que facilito que este primer nivel trabajara como parte continua de la cimentación. Los volúmenes de los segundos niveles son una serie de cuerpos trapezoidales cerrados y macizos hechos en su totalidad de ladrillo aparente.
El patio central, por su parte, está recubierto de material pétreo, logrando una continuidad material y visual de una casa a la otra que difumina intencionalmente la obviedad del foso de la piscina.
Por último, como comentábamos al principio, la topografía ha generado cuatro terrazas que se han distribuido de la siguiente manera: la primera es el nivel de acceso y la cochera, la segunda es un jardín desértico contemplativo, la tercera es para las terrazas unidas, es decir, para el patio central. Y la última es un área ajardinada en la parte posterior de las casas que busca dar continuidad a la alfombra verde del campo de golf.
Fotografías: Jaime Navarro