Tendencias. Baños de hoteles: más allá de ‘al fondo a la derecha’.
Proporcionar una experiencia global al usuario: los hoteles contemporáneos buscan satisfacer esta necesidad desde múltiples ópticas, entre ellas, mediante conceptos arquitectónicos e ideas de diseño que tiene en cuenta el programa de bienestar en el baño. ¿La clave? Que el equipamiento del baño se integre en el ambiente individualizado de cada estancia. Ello, sin perder de vista criterios de elección como el ahorro en el consumo y la facilidad de su mantenimiento. He aquí algunos ejemplos.
Bañeras sin muros
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Los arquitectos encuentran cada vez más atractiva la idea de tirar abajo las paredes de los baños para dar una sensación de mayor luminosidad. Muchas veces las bañeras se presentan exentas en la habitación o solo separadas por muretes o cerramientos vidriados, para que la luz natural pueda viajar hasta ellas a través del espacio. Y el plus en esta zona, en muchos casos, es disfrutar de vistas exclusivas a la cama y al exterior.
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Es una tendencia hedonista que pretende integrar este mini spa sin fronteras visuales en el diseño interior de la habitación y la sitúa en el mismo plano que el resto del mobiliario.
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Zona wellness
La clásica zona de Wellness es concebida también como un plus de alto valor añadido en cualquier habitación del hotel. Desde bañeras de hidromasaje y minipiscinas hasta saunas y duchas de vapor configuran el espacio de las nuevas “suite spa“, la propuesta más exclusiva. Diseños que, a menudo, también toman un protagonismo visual situándose en un lugar prominente o revestidos de materiales nobles.
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Incidencia decorativa
En los hoteles boutique, aquellos establecimientos pequeños, coquetos y que destacan por su diseño, la estética del baño redondea la atmósfera global. Piezas con encanto retro, diseños clásicos o con firma de autor son empleados aquí como detalles de estilo que personalizan la estancia y buscan marcar la diferencia.
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Preservar la zona más íntima
En la tendencia más funcional, prima la intimidad. Así, la zona del inodoro, y a menudo también la ducha, quedan normalmente separadas de forma discreta del resto de piezas o zonas del baño. Lo hacen mediante puertas correderas o separaciones de cristal, elementos que sirven para mantener la esfera más íntima y privada de los huéspedes en esta estancia.
Selección de proyectos, cortesía de Duravit.