El estudio Egue y Seta crea en Terrassa un loft alrededor de un luminoso jardín.
Otro gran efecto ha sido conseguir separar las estancias públicas y privadas con tan solo diez metros de pared en un espacio de casi doscientos. ¿Cómo lo han hecho? Utilizando la vegetación y las transparencias como separadores blandos, y jugando con los colores, los materiales y los desniveles.
La casa gira alrededor de un falso jardín realizado con arbustos de diferente altura sobre un lecho de corteza de pino. A partir de ahí, el espacio se distribuye en varias estancias.
Tenemos, por una parte, el salón, ubicado en un subnivel excavado en los cimientos del edificio. Este recurso consigue un efecto de altura y amplitud, y ayuda, por cierto, a conseguir ese aire de loft.
Una sensación que al que contribuyen el sofá empotrado, los escalones sobredimensionados y una ecléctica mezcla de tejidos.
El comedor y la cocina, apenas a unos centímetros de distancia del salón, se encuentran al nivel del suelo. Del comedor, en el que priman los tonos grises, destaca la mesa Bedrock Plank A de Riva 1920, sillas Eames sin brazos, las vigas metálicas del techo y una motocicleta de colección.
La cocina también crea la estética de loft al combinar grandes superficies de acero inoxidable, electrodomésticos de última generación y proyectores orientables de carril con encimeras de madera y alacenas transparentes. Del mobiliario destacan las lámparas Lindse y los taburetes metálicos Bofinger de Francisco Segarra.
Una pasarela de cemento pulido con una pared de ladrillo lleva a las estancias más íntimas. En la habitación, aquí el cabecero de la cama el actúa como tabique divisorio, funcionando al mismo tiempo como canapé, mesa de noche y armario zapatero en su cara posterior. La pieza está hecha de roble y rejilla de alcantarillado.
Destaca también el vestidor con espejo de camerino, y la mezcla de diferentes elementos que buscan comodidad y originalidad como las colchas de lana y las cabezas de reno textiles.
En el baño principal la iluminación es natural y aquí, otra vez, el mobiliario es multifuncional. Hablamos en concreto del banco de hormigón encofrado que alberga la grifería y atraviesa las mamparas de cristal para convertirse, a cada lado de la ducha, en encimeras de lavabo.
La vivienda también cuenta con un baño de servicio. Está esmaltado en arcilla artesanal y el lavabo tiene vistas al jardín interior a través de una pared de cristal. Tanto el baño principal como éste, con sus tonalidades en verde, son los auténticos paraísos de la casa.
Fotografías: Vicugo Foto + Mauricio Fuertes