Nuevo hotel rural, restaurante gourmet y bodega. Todo en uno en la finca vinícola de Quinta de Lemos, diseño de Carvalho Araújo.
Una atmósfera íntima, familiar y exclusiva es lo que se ha tratado de transmitir en el diseño de la casa de huéspedes, que no cuenta con una recepción formal, y cuyo espacio de alojamiento no se circunscribe al ámbito privado de las habitaciones, sino que incluye otras áreas de carácter social.
Debido a su relación con la producción vinícola, el restaurante incluye un espacio de cata y una zona reservada a la discusión, el análisis y la crítica del vino, lo que inspiró a sus arquitectos un diseño flexible.
El proyecto se dibuja a partir de la topografía, adaptándose el edificio a las curvas de nivel. El edificio nace de la tierra, y sus aberturas, orientación y organización interna buscan las vistas sobre los viñedos, la luz natural y la intimidad.
El atractivo emplazamiento del nuevo edificio crea una tensión con la antigua construcción, funcionando ambos como dos polos que se relacionan siguiendo la poética del ritmo lineal de los viñedos.
Fotografías: Hugo Carvalho Araújo