Jose Gandía Blasco charla con Jose Miguel Martínez-Medina con motivo del lanzamiento de martinezmedina.es
Su última aventura en el campo de la decoración es una nueva tienda, esta vez online, llamada justamente martínezmedina.es. Un paso adelante para acercar su cuidada selección de mobiliario y complementos a los amantes del diseño.
Puedes conocer este nuevo proyecto en martínezmedina.es
El padrino de este proyecto es un amigo de la familia, nada más y nada menos que Jose Gandía Blasco. En esta charla-entrevista con Jose Miguel Martínez-Medina, estos dos referentes del diseño de nuestro país explican cuándo y por qué dejaron de hacer las cosas como las hace el resto. Y cómo fueron conscientes de la necesidad de cambio.
Entrevista ‘face to face’, realizada por el equipo editorial de martinezmedina.es
¿Quiénes sois?
“Somos dos tíos muy raros”, contesta Jose Miguel Martínez-Medina mientras se ríen enérgicamente.
Jose Miguel Martínez-Medina: Somos dos amigos. Tenemos muchísimas cosas en común. Pero eso no nos hace amigos. Lo que nos hace amigos es sentir admiración. Es importante que dos amigos se sorprendan el uno al otro. Yo de Jose lo que más admiro es la constancia. Siempre tiene claro lo que quiere. Y siempre lucha por conseguirlo. Somos tíos muy raros, pero nos entendemos perfectamente.
Jose Gandía Blasco: Cuando nos conocimos no teníamos claro a qué nos íbamos a dedicar. Yo hacía Derecho y pensaba que Jose Miguel se dedicaría a la fotografía. Cuando le conocí hacía unas fotos muy buenas. Sabía captar el momento, buscar el momento. Igual he sido yo el que ha dado más vueltas hasta llegar donde estoy (ríe).
Está claro que para llegar a ser referente, además de intimar con el progreso y el trabajo duro, hay algo que es imprescindible. Un don, una fórmula… ¿Qué o cuál sería en vuestro caso? ¿Es la pasión la que os mueve? ¿Qué queda de vuestra pasión tras vuestro recorrido?
JGB: Sin duda es la pasión. Eso me permite hacer de mi vida mi trabajo y de mi trabajo, mi vida. Trabajo 24 horas, los 365 días del año. Pero no hay ningún secreto, simplemente es perder el miedo a sentir. Poco a poco las personas se han vuelto más analíticas. Eso no deja de ser importante, pero no podemos olvidarnos de ese diálogo constante con lo que sientes. Y no, la pasión no se pierde. ¡Y menos mal que no se pierde! (ríe) A pesar de crecer y de ir haciéndonos viejos, la pasión siempre está.
JMM: Está claro. Yo soy lo que soy por la pasión que le pongo a las cosas. Y hablo de pasión como hablo de creatividad. No solo en el diseño. En todo, es importante la creatividad. Imaginar hasta dónde se puede llegar solo con la imaginación… y después dibujarlo.
¿Qué ha de tener un diseño, cualquier tipo de diseño, para que os llame la atención? ¿Cuál es ese momento que hace que os paréis en seco?
JMM: Eso sucede sin más. Es una capacidad con la que naces y después educas. No es algo mágico ni mucho menos. Se trata de estar. Siempre vamos mirando, buscando. Valorar desde el conocimiento, desde el lado más analítico, es importante. Pero cuando algo te atrapa sin saber bien qué es o para qué funciona, solo sus formas… Eso es un subidón. Encontrarte con una pieza y que, sin entenderla, te llame, eso no tiene precio.
JGB: Estoy con Jose. Totalmente de acuerdo. Algo te genera interés cuando te emociona. Ya después buscas la forma de entenderlo, de darle cabida. Pero en el primer momento no piensas, solo sientes. A posteriori vendrán ciento y una reflexiones sobre cómo proceder. Pero esa primera toma de contacto solo la sientes cuando estás presente.
Esta nueva forma de entender el consumo de un modo más emocional, de entender mejor el producto, de congeniar con la marca personal, está claro que beneficia a firmas consagradas y con alma. ¿Vuestras empresas son un reflejo de vosotros mismos?
JGB: Hablar de empresa como empresa… no sé. Mi trabajo es algo mío, que habla de mí. Y si quiero tener objetivos, tengo que contar con personas que me ayuden a conseguirlos. Pero no me centro en crear empresa como tal. Pensando de esta forma, siento que es complicado que tu empresa no te represente. Porque todo aquello que yo no pueda hacer, lo harán otros, pero respetando siempre unos códigos. Es posible que las fórmulas de negocio den forma a un trabajo y como resultado lo conviertan en empresa. Pero finalmente, el trabajo con los diseñadores y el planteamiento de por dónde han de ir los tiros… es cuestión de feeling. Por esa razón contamos con diseñadores consagrados y con jóvenes promesas recién salidas del horno. Reunir esos diseños y ver cómo crecen en el mercado, un mercado que son personas, es fantástico. Y bueno, supongo que todo eso me representa (ríe).
JMM: La empresa es solo un medio. Yo no podría ser un empresario de cualquier cosa. Es que no soy empresario. Necesito a la empresa para que lo que quiero hacer se haga. Me sirvo de ella para dar respaldo a los proyectos. Y claro que me representa. Todo aquello que haces cuidando el detalle te representa. Nuestras empresas nacen de la necesidad de articular una propuesta de trabajo. Llevar a la vida lo que hacemos en papel. Por esa razón ni Jose ni yo somos empresarios, somos emprendedores. Y hemos sabido hacer negocio de nuestras propias pasiones.
¿Si no os dedicarais a esto, a que otra cosa os dedicaríais?
JMM: Yo sería director de cine (ríe). Me gusta crear el momento, pillar el momento. Es más, podría decir que me gusta el proceso de la idea, inventar el espacio… más que conseguir el fotograma perfecto. Es todo ese mundo el que me gusta. Me monto unas películas… Voy a un restaurante y veo a alguien y se me ocurren historias, en cómo vivirá y qué hará, sus secretos… no lo puedo evitar. No me basta con lo que veo. Siempre siento la necesidad de inventar cosas nuevas.
JGB: Yo sería cantante (Se miran y ríen los dos). Me gusta todo tipo de música. Es importante saber ver lo bueno de cada cosa. Pero si tuviera que decidirme por parecerme a alguien sería a Michael Franks. Es una especie de jazz fusión con muchas influencias. Es un genio. Y lo recomiendo.
(A Jose Martínez-Medina) Después de tantos años de profesión, ¿qué te gustaría hacer en el campo de lo profesional? ¿Hay algún proyecto que te gustaría llevar a cabo?
Como ya hemos hablado, mi trabajo me llena. Pero si tuviese que centrarme en lo que realmente me gusta, me encerraría sin horarios a investigar con materiales, a hacer escultura, a trabajar con las manos. La idea de pasar horas en un garaje haciendo y deshaciendo a mi antojo siempre me ha gustado. Ver cómo la nobleza del material se comporta y establecer un diálogo crítico con las formas.
Por otra parte, quiero conocer todo lo que pueda sobre lo que el mundo tecnológico pueda ofrecerme. Estar en contacto con visionarios y emprendedores y saber qué forma tendrá nuestro futuro. Me puede la curiosidad. Recuerdo haber visto hace años la película Blade Runner. Siempre la recuerdo como un futuro lleno de cosas diferentes. Cada vez vivo con mayor intensidad el querer saber lo que va a suceder. Soy consciente de que pensando así no hay una satisfacción final. Siempre voy buscando.
(A a J. Gandía-Blasco), ¿Qué proyecto tienes en mente?. Algo que no sabes si podrás llegar a hacer algún día pero que la sola idea de llevarlo a cabo te quita el sueño.
Pese a lo extraño que pueda parecer, lo tengo muy claro. Me gustaría crear una utopía. La Republica Gandía-Blasco. Comprar una isla y convertirla en mi paraíso ideal. Un lugar especial, de retiro. Un emplazamiento alternativo. Algo así me gustaría. Es un sueño, pero nunca se sabe…
El valor de una marca, un nombre o una pieza en concreto, está en lo que ha significado en la vida de las personas. Hay piezas que el cine, la fotografía o algunos arquitectos, diseñadores o interioristas han colocado por encima de muchos otros. Pasa el tiempo y se reeditan. Supongo que sucede como en el arte; un Pollock o un Jasper Jones, siempre serán punto y a parte en la historia del arte. El valor de un objeto, de una idea, de la lucha por la creación libre, es algo que nos han transmitido hoy estos dos hombres, de estos dos amigos.
Martínez Medina www.martinezmedina.es