Renzo Piano diseña el nuevo Museo de las Ciencias de Trento adaptando la forma al contenido.
El proyecto busca el equilibrio entre la flexibilidad y el deseo de dar una respuesta precisa y coherente al contenido científico del proyecto cultural. Los grandes temas de la exposición del museo se pueden reconocer en la forma y en el volumen de la estructura, manteniendo a la vez un diseño flexible, típico de un equipamiento moderno.
Además de la interpretación volumétrica de los contenidos científicos del museo, el diseño arquitectónico también ha sido dictado por la relación del edificio con su entorno o más bien con el nuevo distrito, incluyendo el parque, el río y el Palazzo delle Albere.
© Alessandro Gadotti – Archivio Trento Futura
La construcción se compone de una secuencia de espacios y volúmenes (llenos y vacíos) y está en reposo (o flota aparentemente) sobre una gran masa de agua, multiplicando así los efectos y las vibraciones de la luz y de las sombras. Sus espectaculares cubiertas le dan una imagen singular y reconocible tanto desde el interior como desde el exterior.
Empezando el recorrido del museo por el este, la primera estructura alberga funciones que no están abiertas al público, como las zonas administrativas, los laboratorios científicos y los espacios auxiliares para el personal.
A continuación, se encuentra el vestíbulo, que está alineado con el eje principal del distrito y atraviesa toda el edificio hacia el norte, ofreciendo vistas al parque que rodea al Palazzo delle Albere.
© RPBW – Stefano Goldberg – Publifoto
Los temas científicos de la montaña y el glaciar se tratan posteriormente a través de una serie de espacios que se elevan gradualmente desde el nivel del sótano y casi «rompen» el techo, creando así un punto de observación sumergido en el propio ambiente, pudiéndose disfrutar de una auténtica «simulación» de la experiencia real. Esta experiencia se completa con amplios espacios de exposición en dos o tres niveles, con techos lo suficientemente altos como para alojar grandes decorados.
© RPBW
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El edificio alberga también una “selva” o gran invernadero tropical, que durante ciertos períodos del año es capaz de establecer una relación funcional con estándares de exposición específicos (incluso al aire libre), en el que el agua, la iluminación y la vegetación a menudo desempeñan un papel clave en la definición natural de los alrededores.
© RPBW – Paolo Pelanda
© RPBW – Shunji Ishida
Los servicios educativos y el laboratorio para el público están disponibles en una serie de estructuras situadas junto a las zonas de exposición, promoviendo diferentes experiencias interactivas relacionadas con cada materia.
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