Residencia Sam’s Creek en Nueva York: una casa ‘multitarea’ que recrea la sensación de movimiento.
Situada en Bridgehampton, Nueva York, su propietario buscaba una casa que permitiera múltiples actividades sin molestar al resto de ocupantes: realizar dos fiestas separadas, por ejemplo, o permitir que los invitados funcionen de manera independiente en un área de 6.500 metros cuadrados.
La solución de bates masi fue articular la vivienda mediante una serie de módulos abiertos y superpuestos, esto último a través de un simple solapamiento de las estructuras o bien con el contraste de materiales.
Cada volumen alberga una función diferente y funciona de manera casi autónoma al contar con su propio sistema de iluminación o control de la temperatura.
Al mismo tiempo, el hecho de estar superpuestos unos con otros permite cambiar de escenario rápidamente, convirtiéndose en una vivienda flexible, multitarea.
El interior de la residencia destaca, además, por la omnipresencia de la madera de caoba, que viste prácticamente todos los techos, paredes y suelos.
La madera se presenta en forma de láminas, con la particularidad de que, si bien son de distintos colores, todas siguen una misma dirección. Este recurso crea un singular efecto óptico de movimiento, el cual se aprecia, sobre todo, en el dormitorio.
La madera comparte el suelo con mármol tranvertino, sobre todo en el exterior, mientras que gran parte de las fachadas han sido substituidas por ventanales de cristal.
Del interiorismo también destaca la chimenea del salón, una pieza en forma de semi marco que actúa como escultura pero también como elemento estructural ya que sus cargas laterales ahorran la necesidad de columnas u otros elementos en esta habitación.
Y es también funcional pues alberga un ropero y espacios de almacenamiento.
Está fabricada de tiras de bronce que reflejan la luz y aportan un extra de luminosidad gracias a un tratamiento de pátina. En la cabecera del dormitorio principal se ha utilizado un sistema parecido pero con correas de cuero.
El vidrio, la superposición y su estructura abierta las conecta, además, visualmente hasta el punto de divisar el paisaje de la parte trasera desde la entrada delantera.
Por otra parte el juego de módulos crea espacios entre sí que en el exterior se transforman en terrazas, patios y jardines.
Fotografías: bates masi + architects