Si, nosotros también usamos cookies. Esas cosas con nombre de "galletita" que ayudan a que tu navegación sea más personalizada. Cierra este mensaje y nos darás tu permiso para seguir utilizándolas. Y seguirás disfrutando de diarioDESIGN como siempre.

Feliz viaje por nuestra web Cerrar

Lullaby Factory, una fábrica de nanas en Great Ormond Street Hospital for Children, por Studio Weave.

El estudio de arquitectura Studio Weave, con la colaboración de Structure Workshop, AB3 Workshops y Jessica Curry, ha transformado un patio exterior en desuso entre edificios para crear Lullaby Factory, un espacio para arrullar a los niños del Great Ormond Street Hospital.

Lullaby Factory (en inglés, factoría de nanas) es un mundo secreto que sólo puede ser visto desde el interior del hospital, y sólo puede escucharse desde una frecuencia de radio o gracias a unas «trompetillas» muy especiales.

La remodelación completa que está sufriendo el Great Ormond Street Hospital, en el distrito de Bloomsbury, ha supuesto que el recientemente completado Edificio Clínico Morgan Stanley y el Edificio Southwood, de los años 30, queden muy cercanos con un espacio ínfimo y en principio inservible entre medias. Este último será derribado en quince años, pero mientras tanto sus grandes ventanales dan a una fachada de ladrillo cubierta de tuberías.

Studio Weave en su intervención ha convertido el edificio Southwood en Lullaby Factory, una fábrica en la que se crean y liberan dulces canciones de cuna para conseguir una atmósfera relajada y estimulante que ayuda a los jóvenes pacientes a recuperarse.

Lullaby Factory es un paisaje de fantasía de diez pisos de altura y 32 metros de longitud, que desarrolla la imaginación de niños y adultos, personal y visitantes, al proporcionar un mundo interesante y curioso. Estéticamente Lullaby Factory es una mezcla entre una estética industrial y la emoción y complejidad de los instrumentos musicales.

La fábrica consta de dos elementos: por un lado la fábrica física, que «lleva a cabo los procesos de creación de nanas», y el paisaje sonoro, compuesto por la artista sonora Jessica Curry. La canción de cuna compuesta por Curry permite a los niños interactuar a través de las tuberías de escucha o en las salas de sintonización de la emisora de radio.

Un diseño en el que el estrecho espacio se ha utilizado en un proyecto beneficioso para los pequeños pacientes de manera terapéutica y divertida.

Fotografías cortesía de Studio Weave.

 

 

Artículos relacionados

Daniel Libeskind: emoción y narrativa para el rey de los ángulos

Una vivienda entre medianeras que reinterpreta la tradición local valenciana

HafenCity: cómo Hamburgo logró la mayor regeneración urbana de Europa

proyecto-palau-next-arquitectura-diariodesign-portada

Una vivienda que aprovecha la topografía para crear un efecto visual de ligereza y fluidez