Aq4 se inspiran en el pasado industrial de Ortuella para diseñar su nueva casa de la cultura.
Los autores del proyecto, el estudio de arquitectura aq4, – integrado por Ibon Bilbao España, Jordi Campos, Caterina Figuerola Tomás, Carlos Gelpí Almirall – han tratado de situar el edificio perpendicular a la vía principal de Ortuella para mirar a lado y lado del valle, tangencialmente, lo más lejos posible, para ver y ser visto desde la distancia en una maniobra de acercamiento precisa. Han buscado conectar la plaza de Otxartaga, el espacio público más significativo del pueblo, con la calle Catalina Gibaja, aprovechando esta oportunidad para que la nueva casa de cultura “estire” la plaza hasta la calle y la calle hasta la plaza.
La volumetria que define el edificio se moldea para responder a los diferentes niveles topográficos que delimitan el lugar: las cubiertas se inclinan recogiendo el nivel de la plaza existente y saltar visualmente a la otra vertiente del valle, anunciar, intuir el “otro lado” que Ortuella quiere comenzar a disfrutar.
El edificio es una estructura muraria que alterna crujías de trescientos ochenta y setecientos cincuenta centímetros para facilitar actividades variables y almacenamiento. Cada crujía define una sección propia que responde a lo próximo y a lo lejano. Desde la topografía del valle las cubiertas se muestran como una fachada más y se resuelven como tal.
Los espacios exteriores existentes conectan con las diferentes cotas de actividad: paseo-biblioteca, paseo-plaza, plaza-espacio usos múltiples, calle-espacio exposiciones, permitiendo que los diversos usos funcionen por separado organizando horarios o actividades en diferentes momentos o épocas.
Los materiales utilizados hacen referencia a la memoria de las infraestructuras bajo tierra, a su forma de emerger y mancharlo todo de una pátina oxidada. Los autores del proyecto han querido construir algo que estuvo allí hace mucho tiempo.
Fotografías: Adrià Goula Sardà