Casa das Janelas com Vista, un bed & breakfast con encanto en el bullicioso Bairro Alto de Lisboa.
El nombre de ‘casa de ventanas con vistas’ no es en vano. Este pequeño hotel de tan solo doce habitaciones está situado en la parte más tranquila del siempre animado Bairro Alto, la zona con las mejores vistas de la capital.
Pero no se queda ahí. El propio edificio donde está ubicado tiene vistas al Monasterio de los Jerónimos, el puente 25 de Abril o la Basílica da Estrela.
Si por fuera el encanto es grande, por dentro la experiencia se magnifica. Casa das Janelas com Vista ofrece un ambiente hogareño y lleno de pequeños detalles fruto de una muy cuidada decoración de la que se encargaron Tubella y Rendé, quienes antes trabajaban en el mundo del interiorismo.
El éxito está en la acertada mezcla de muebles y accesorios de distinta procedencia y época. Muebles de cocina de Ikea, la mecedora RAR de Eames, lámparas utilizadas en el atrezzo de una película de Almodóvar, muebles de segunda mano oxidados y desgastados, adornos de estilo romántico y suelos de hormigón conjugan como si se necesitasen los unos a los otros.
El hotel sólo ofrece desayunos, pero no cualquier desayuno. En la parte común hay una cocina abierta al salón con una gran mesa de madera que reúne a todos los huéspedes para degustar productos locales y recién elaborados. Los domingos la oferta se amplía con un brunch.
Quien lo desee también puede desayunar en el coqueto patio.
En el luminoso salón, que junto a la cocina y el patio, se puede alquilar para fiestas o comidas en grupo, destaca un andamio utilizado durante las obras del edificio y que ahora funciona como estantería.
Cada habitación está decorada de manera diferente, pero todas con el mismo mimo y detalle. Muebles pintados a mano, alfombras artesanales y elementos decorativos vintage son los grandes protagonistas de esta parte de la casa.
El edificio es propiedad de las dos empresarias, que empezaron su andadura en el país vecino gestionando alquileres de corta duración y apartamentos para vacaciones a través de su portal Portuguese Living.
Cuando lo compraron, hace cuatro años, estaba abandonado. Para adecuarlo hizo falta una rehabilitación de dos años.
La idea es dotarlo de vida y que no se quede sólo en un hotel. Actividades culturales como presentaciones de libros, recitales o talleres son bienvenidos.