Vinçon dedica un escaparate a la Impala de Montesa para celebrar el 50 cumpleaños de la icónica motocicleta.
Además, y con motivo de este especial cumpleaños, se ha creado una réplica a escala 1:5 de la mítica moto creada por Leopoldo Milà y galardonada con el Premio Delta de 1962, que firma el artista Pere Tarragó en las dos versiones más deportivas de la moto: la 175 Sport de 1964, y la 250 Sport de 1966.
El grado de fidelidad de la reproducción es tal, que algunos de los elementos pueden accionarse como en la moto de verdad: las ruedas giran, la cadena de transmisión también, las manetas de freno y embrague actúan sobre las correspondientes levas, el amortiguador de dirección endurece o suaviza el giro del manillar, la llave de luces tiene tres posiciones, el selector del cambio engrana las relaciones, las suspensiones trabajan igual que en la realidad… hasta el pedal de arranque parece mostrar la resistencia que ofrece la compresión del cilindro. Además se han utilizado materiales empleados en la Impala «de verdad», acero, aluminio, latón, policarbonato, caucho… La calidad de construcción de esta miniatura supera, sin lugar a dudas, a la de cualquier producto conocido, oriental u occidental.
La moto: Montesa Impala
De todos los modelos fabricados por Montesa la Impala es, sin duda, el más significativo por su elegante diseño, brillante mecánica y óptimo rendimiento.
Proyectada por Leopoldo Milà, la Impala llegó al mercado en 1962, hace justo ahora cincuenta años, y pronto se convirtió en uno de los hitos de la industria motociclista catalana; aquel mismo año sería galardonada con el premio Delta de Oro concedido por el ADI-FAD. Sus características técnicas eran similares a las de la mayoría de motos fabricadas por entonces en España: un motor monocilíndrico de 2 tiempos refrigerado por aire, de 175 cc de cubicaje y 10,5 CV de potencia. Pesaba poco más de 90 kg y alcanzaba los 110 km/h.
La Impala se convirtió en base de casi toda la producción posterior de Montesa. Participó en carreras de velocidad, resistencia, todo terreno y cross, y muchos españoles aprendieron a ir en moto con una de ellas. Pero la popularización del automóvil iniciada con el Seat 600 cambiaría el signo del mercado. Aún así, sería reeditada en 1982 bajo el nombre de Impala 2 sin apenas cambios. Hoy en día es una de las motos clásicas más apreciadas por los aficionados, que siguen disfrutando -aún más si cabe- de su legendaria fiabilidad y su singular elegancia.
Con motivo de este medio siglo, el Motoclub Impala, que agrupa a los aficionados y seguidores de este modelo, organizó el pasado fin de semana una gran reunión motociclista. La Impalada del 50 aniversario tuvo unos 179 km de recorrido y recorrió las comarcas del Vallès Oriental y Occidental para volver a Barcelona, donde las motos quedaron expuestas en el Passeig Lluís Companys para celebrar una gran Fiesta del Aniversario, junto al Arc de Triomf, con música, exposiciones, mercadillo y actividades infantiles. El evento contó con la colaboración de Montesa-Honda, Moritz, RallyClassics y el Ayuntamiento de Barcelona. Más información en la web www.motoclubimpala.com.