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Mariola Montosa
29 diciembre 2011

Restaurante Ubon. Un espacio cosmopolita en el corazón de la capital de Kuwait.

El restaurante tailandés Ubon, obra del arquitecto Rashed Alfoudari, es un ejemplo de la transformación que ha sufrido la ciudad de Kuwait en los últimos veinte años. La capital de este pequeño emirato del Golfo Pérsico fue arrasada por las bombas durante la invasión de Irak en 1990. Tras la vuelta de la monarquía, fue levantada de nuevo en forma de ciudad moderna con uno de los centros económicos más importantes de Oriente Medio. Esto ha llevado a una rápida globalización, que, por supuesto, también ha llegado a la gastronomía y… al diseño.
Ubon, que toma el nombre de una de las provincias al norte de Tailandia, está ubicada en la zona de la calle Fahad Al salim, uno de las arterias comerciales más consideradas de la capital.

Se nota que Ubon es un restaurante tailandés por sus agridulces y picantes platos pero también por su diseño: largos paneles verticales de madera carbonizada en el exterior y en el interior, y una presencia discreta del oro, uno de los materiales ornamentales clásicos de la cultura de este país del sudeste asiático.

Alfoudari ha proyectado un ambiente neutro y elegante a través de una cuidada selección de texturas y tonalidades. Del negro al blanco pasando por todas la gama de grises a través de la madera oscura, el hormigón de las paredes y los suelos, y el blanco de los techos y el mobiliario. Los espejos y los elementos dorados aportan elegancia, armonía y una dosis de distinción.

Un mobiliario de líneas orgánicas, como las lámparas del techo o las sillas, aporta la sobriedad que el local busca.

El diseño de Alfoudari mantiene la continuidad en los elementos estructurales del local. Era necesario. 60 metros cuadrados debían dar espacio al comedor pero también a una cocina, baños y un almacén. El espejo del comedor no es un simple capricho decorativo: es la pared que lo separa de la cocina, por ejemplo.

En el baño, un grifo suspendido del techo e independiente del lavabo de cerámica contribuye a la verticalidad que proporcionan los paneles de madera.

La fachada es aún más sobria que el interior, pero al igual que dentro, sigue el patrón de las líneas verticales y las paredes recubiertas de madera.

Fotografías cortesía de Archofkuwait.

 

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