Luzi Bombón, nueva brasserie «non stop» en el Paseo de la Castellana de Madrid.

Si eres de los que les gusta comer a deshoras o buscas un nuevo lugar donde tomar una copa por la noche, para ti acaba de nacer Luzi Bombón, la última creación del Grupo Tragaluz en Madrid. Situado en pleno Paseo de la Castellana, este espacio dinámico y desenfadado ofrece diferentes ambientes funcionando en horario ininterrumpido desde el desayuno hasta la madrugada e invitando a entrar a un amplio abanico de públicos.

Con una decoración que hace un guiño a los años 50, el equipo de interiorista de Sandra Tarruella ha sido el artífice de la creación de este versátil restaurante-cafetería-bar de copas que cobija una brasserie contemporánea con una carta de lo más singular, creada por el chef Gerardo Renart.  La interpretación estética del mobiliario de mediados del siglo XX y la mezcla de materiales cálidos, como la madera o los tejidos, hacen que se respire un aire de lo más acogedor y confortable.

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Luzi Bombón es un espacio joven pero innegablemente elegante donde la luz y los tonos claros toman especial protagonismo gracias, en gran parte, a sus puertas pivotantes de hierro y cristal que dejan pasar los rayos del sol que provienen del jardín. Al fondo, la cocina se convierte en una caja de luz hacia el comedor, tamizada por lamas verticales de madera a través de las cuales se deja ver el frenético ritmo de los fogones a todas las horas del día.

El establecimiento se organiza en dos niveles con ambientes distintos que se diferencian por la utilización de diferentes tipos de pavimento y por la variación de piezas de mobiliario e iluminación, principalmente de Vitra, Herrenhuis, Zeitrum, Artemide y Belux. La planta baja se presenta como un restaurante tradicional con mesas y sillas para un almuerzo más formal, mientras que la zona elevada tiene un aire más intimista. En esta zona se hallan mesas bajas acompañadas de pequeños sofás y biombos que estructuran el espacio en pequeños comedores.

En los laterales del local, el pavimento de cemento pulido se eleva del suelo para crear sofás, mullidos con coloridos cojines, que recrean pequeños salones con un mobiliario más desenfadado e informal.

Dominando todos los ambientes, en mitad del local, la barra se convierte en el centro neurálgico de la brasserie. Aquí puedes escoger entre tomarte un Mientras Tanto en uno de sus taburetes altos o sentarte en una de las sillas bajas para cenar un plato a la brasa con un Side personalizado, al otro lado de la barra.

Y como en una brasserie francesa no podían faltar las ostras, los sibaritas deben acercarse a la barra de degustación gestionada por Fishhh! para ponerse las botas.

Ficha técnica

Fotografías de Olga Planas