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redacción
26 octubre 2011

«El tomate eterno», cocina y huerto portátiles hechos con residuos sólidos urbanos

Alain Moreno, alumno de Graduado Superior en Diseño de ELISAVA Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona, ha diseñado El tomate eterno, una cocina con una terraza y un huerto 100% funcionales realizados a partir de Residuos Sólidos Urbanos (RSU). Con este proyecto la escuela Elisava participa en el Mes del Diseño para el Reciclaje 2011.

La instalación, basada en los conceptos de sostenibilidad y autosuficiencia, está formada por dos módulos constructivos: una terraza, concebida como espacio para acoger distintos tipos de cultivos urbanos exteriores como hortalizas y legumbres; y una cocina, que incluye cultivos interiores como, por ejemplo, lechugas y otros brotes.

La cocina solar es un módulo transportable de preparación de alimentos y cocción solar realizado, con materiales recuperados, por los estudiantes del Grau en Ingeniería en Dissseny Industrial de ELISAVA, liderados por el profesor Jose F. López-Aguilar. La estructura básica está constituida por 10 metros de tubería sanitaria, lo que aporta estabilidad al conjunto a la vez que ligereza. El concentrador solar, que genera una temperatura de hasta 160ºC, es una sombrilla de playa transformada en paraboloide reflectante, plegable y ligero. La cocina dispone de una parrilla regulable y superficies que funcionan como encimera y mesa que facilitan y complementan el proceso de cortado de alimentos y su ingesta una vez cocinados.

Por su parte, el huerto proporciona al usuario un alto grado de autoabastecimiento. El elemento central es un compostador que provee a los cultivos de nutrientes a través de la absorción de la facción orgánica de la basura generada. Funciona gracias a gusanos americanos que la transforman en humus, residuo que después será el abono de los cultivos.

 La construcción se basa en la filosofía junkitecture, es decir, se hace a partir de la reutilización de residuos sólidos urbanos, elementos como palés que forman la estructura de la instalación, cajas de fruta de plástico y madera que funcionan como recipientes para instalar los cultivos, y tetrabriks y botellas usadas para crear plantaciones alternativas. Otra característica de El tomate eterno es que se trata de un proyecto abierto, es decir, depende de los objetos y residuos que se puedan encontrar y de la manera de integrarlos, lo que acabará dotando de personalidad propia y exclusividad a cada instalación, haciéndola irrepetible. Referentes de esta arquitectura son, entre otros, el Jellyfish Theatre de Londres, de Folke Koebberling y Martin Kaltwasser, y el pabellón alemán para el campeonato de esquí alpino, de Matthias Loebermann.

El proyecto se presentó en el marco de Trashkitchens, un acontecimiento abierto al público que contó con la colaboración de ELISAVA y consiste en el desarrollo de diseño e instalación de cocinas móviles funcionales a partir de material descartado, reciclado y reutilizado.

 Más información sobre Trashkitchens en diarioDesign.

 

sección de la instalación “El tomate eterno”, Jose Troitinho

 

Sección de la instalación “El tomate eterno”, Jose Troitinho

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