Parasoles oxidados «brotan» en la terraza del hotel Castell d’Empordà, en la provincia de Girona.
La original cubierta de la terraza permite cerrar este espacio y resguardarlo del viento y de la lluvia, uno de los requisitos que habían puesto los propietarios del hotel, Albert Diks y Margo Vereijken. La cubierta tenía que armonizar con el edificio histórico del castillo y, al mismo tiempo, mantener el restaurante a cubierto.
En principio, la terraza es un amplio espacio exterior donde disfrutar del buen tiempo. Y en los días soleados, se hace necesaria una sombrilla. Los arquitectos desecharon los modelos convencionales porque entorpecerían las vistas de las mesas posteriores.
Así, la solución adoptada fue diseñar unas sombrillas propias y diferentes de las tradicionales. Unos paneles circulares se yerguen formando 12 círculos, de diferentes diámetros, diseminados de forma casual por la gran terraza. Bajo ellos pueden situarse hasta 200 comensales. Cada sombrilla está unida por un vidrio con el resto, lo que preserva de la lluvia las zonas no cubiertas.
Las sombras de estos parasoles circulares y planos de acero oxidado permiten a los comensales sentirse en el exterior, si bien las sombras aparecen como un elemento temporal y separado del resto, lo que ha permitido mantener intacto el edificio original.
La parte superior y el borde de las sombrillas son de acero oxidado, en armonía con la antigüedad y fachada del edificio y el entorno natural en que se ubica. Las columnas de acero y el techo se han pintado de blanco, lo que aumenta la sensación de estar al aire libre y la luminosidad bajo cada sombrilla. Unas cortinas transparentes corredizas permiten resguardar la terraza rápidamente, en cuestión de minutos del frío y del tradicional viento de mistral y la tramontana, que suelen soplar por esta zona.
El Castell d’Empordà se construyó en 1301 en una colina cerca de la ciudad de la Bisbal (Girona). El castillo fue propiedad durante siglos de la familia Margarit. En 1973, Dalí quiso comprar el edificio y adquirirlo para su mujer, pero el propietario rechazó el pago con obras del autor. En 1999, el edificio se transformó en un hotel de lujo.
Ficha técnica
Proyecto: Terraza del hotel Castell d’Empordà
Clientes: Albert Diks, Margo Vereijken
Arquitectura e interiorismo: Concrete
Superficie: 250 m2
Inauguración: junio de 2011
Duración de las obras: 2 meses
Fotografías: Ewout Huiber y Wilkins.nl para Concrete
Imágenes, cortesía de Concrete Architectural Associates.