Juan Benavente, director de la Valencia Disseny Week, en exclusiva para diarioDESIGN: “Mañana ganamos”.
Juan Benavente, más conocido como Juanico, es diseñador y director de la Valencia Disseny Week. Hoy, a punto de empezar con la frenética semana del diseño en la capital del Turia, nos envía sus reflexiones sobre la creatividad y el trabajo pausado del diseñador. Reflexiones inspiradas por un personaje ajeno al mundo del diseño… No te pierdas el artículo.
Mañana ganamos
Me gusta mucho la creatividad y también me apasiona practicar deporte. Trasteando con el ordenador, mis dos “yos”, el deportista frustrado y el diseñador creativo, se sintieron atraídos por pulsar el triangulito del video tras el que aparecía la figura de Guardiola, el tío que más éxito está teniendo en el mundo del deporte, hombre ganador donde los haya, el nuevo ídolo, el referente, ¡el ser perfecto!.
El video era del discurso en el que le entregaban la medalla de oro del Parlament de Catalunya. Guardiola hablaba de lo que amaba su oficio, el discurso me fue enganchado poco a poco, recuerdo especialmente la parte en la que decía que se encerraba en un cuarto en el sótano de Can Barça y se ponía a ver vídeos del rival con el que le tocaba jugar, anotando todo lo que iba viendo, información meramente técnica acerca de los jugadores rivales, de su forma de jugar, debilidades, virtudes…, y después Guardiola añadió: “Pero llega un momento acojonante, fantástico, el que da sentido a esta profesión. Creedme que soy entrenador por este instante. Todo lo demás es un añadido que uno evidentemente tiene que afrontar… llega un momento que dices: Ya lo tengo, mañana ganamos. No sabes por qué. Hay una imagen, cosas que hacen que te des cuenta que mañana ganaremos”.
Es en ese punto del video cuando Guardiola y yo nos fundimos espiritualmente en un abrazo virtual. Guardiola, digo Pep, hizo que el deportista frustrado y el diseñador apasionado se encontraran. El deportista estaba hablando el idioma del diseñador, en ambas disciplinas sucede lo mismo, ese instante mágico, que no es el instante del gol, ni el de los premios, ni las palmaditas, ni abrazos. Es otro instante, anterior a todo eso, y mucho mejor, es el momento en el que visualizas lo que va a ocurrir, en el que aparece la solución al problema, en el que tu mente dibuja sin esfuerzo el resultado final, en el que todo lo que habías pensado cobra sentido y se ordena encajando perfectamente, el que luego te va a guiar en el resto del camino hasta el final, el momento en el que el sufrimiento y la duda se convierten brutalmente en una inmensa alegría y satisfacción.
Le Corbusier en su estudio
Se está diciendo mucho últimamente que el diseñador es una parte del proceso, que no es la clave, que no es más importante ni menos que otras áreas de la empresa, lo decimos hasta los propios diseñadores, seguramente en un alarde de modestia. Todo eso está muy bien, hace que dejemos a un lado nuestro ego, en cierto modo puede ser verdad, beneficioso y necesario en estos tiempos donde hay que fomentar el trabajo cooperativo para mejorar los resultados, estamos de acuerdo.
Pero la realidad es que toda empresa que quiera brillar necesita un Guardiola. Alguien que se encierre a trabajar en un cuarto a solas, que anote, que dibuje, que piense, que le de vueltas y vueltas, que se acueste con el problema, que lo diseccione, lo junte y lo vuelva a destrozar en partes, que lo cuide, que conviva con él días, meses y hasta años, que viva buscando una solución… Hasta que llega el momento acojonante y fantástico que le da sentido a esta profesión, el instante que dices: Ya lo tengo, mañana ganamos.
Lee la entrevista que RED-AEDE realizó ayer por twitter a Juanico aquí.
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