Los hoteles cápsula llegan a Méjico: Tubohotel, otra forma de hacer turismo.
Tubohotel es, como su nombre indica, un hotel en que las habitaciones se han situado dentro de unos tubos de hormigón de apenas 2,44 metros de diámetro por 3,50 de largo, suficientes para habilitar en su interior una cama doble y una pequeña mesa de noche.
El hotel se ubica en la periferia de Tepoztlan, Méjico, lo que permite disfrutar de las vistas panorámicas de la sierra de Tepozteco. El orden de los tubos es aleatorio y se amolda a la topografía del terreno.
El proyecto, realizado por T3arc Taller de Arte y Arquitectura, se basa en un caso parecido en Austria, el hotel Daspark, diseñado por el arquitecto Andreas Strauss en 2006, quien planificó sus habitaciones a base de tubos de hormigón.
En total, se tardó en construir tres meses y sólo se necesitó una grúa, herreros y carpinteros que fabricaron los interiores. Cada cama se asienta sobre una estructura de MDF y los tubos están abiertos por ambos extremos, sólo separados de la intemperie por una mosquitera y cortinas para preservar la intimidad. Esto permite una total ventilación del interior, ya que la mayor parte del día el sitio permanece sombreado.
Tras encontrar el terreno adecuado, que tenía que permitir que los tubos se integraran en el paisaje dominado por la sierra, la construcción fue muy rápida: en tres meses y con un presupuesto limitado (apenas 120.000 dólares, unos 83.900 euros), esta turística región de México contó con un hotel sostenible y, sobre todo, con una concepción muy original para albergar a los turistas que visitan la zona. “La arquitectura no siempre depende de los elementos que conocemos y puede fabricarse con lo que haya a mano”, señalan los responsables del proyecto.
Las 20 habitaciones que integran el hotel se distribuyen en módulos de tres, piramidalmente, para aprovechar el terreno en la medida de lo posible, 500 metros cuadrados en la falda de la montaña rodeado de plantas autóctonas. Cada tubo cuenta con un área aproximada de nueve metros cuadrados, mientras que las escaleras para acceder a la habitación superior ocupan otros seis metros cuadrados.
“Pensamos que la construcción de Tubohotel permite a los usuarios y a los habitantes de Tepoztlán abrirse a nuevos sistemas constructivos accesibles para todos”, indican los arquitectos.
