Gracias al American Institute of Architects, Barbie® Arquitecta consigue su extravagante casa de ensueño.
Los creadores de Architect Barbie® otorgan a la muñeca cualidades como: creative, fashionable, busy y powerful; y la definen como una “experimentada arquitecta trotamundos a la que, cuando está en casa, le gusta disfrutar de un hogar high tech con sistemas de energía de bajo consumo”. Su casa de ensueño es, pues, un reflejo de esta personalidad comprometida con la sostenibilidad, afín a los principios de la USGBC (U.S. Green Building Council), pero sin renunciar a la esencia de la clásica chica californiana.
En la primera planta encontramos una espaciosa sala de estar de 450 m2 con cocina abierta. En la segunda, su oficina, biblioteca y sala de reuniones, así como una terraza de 150 m2. La tercera y cuarta plantas están destinadas al espacio privado de Barbie®: dormitorio y “zona de inspiración” respectivamente. En el terrado superior, la casa cuenta, también, con un invernadero y jardín para sus mascotas (seguramente de la época en la que la muñeca ejercía de Barbie® Veterinaria).
Las cuatro plantas se conectan a través de una escalera de caracol central, que sube por dentro de un tubo hueco y se convierte en el increíble armario de Barbie. No hay que olvidar que, aunque ahora sea una prestigiosa arquitecta miembro de la AIA, los orígenes de Barbie® son de índole fashionista (empezó como modelo, diseñadora, trend setter, cool hunter, fashion victim, shopaholic, etc.) y, por consiguiente, lleva años acumulando gran cantidad de ropa de marcas envidiables. Bajo este pretexto, las arquitectas del proyecto han diseñado un armario de lo más futurista, controlado por ordenador, que permite ver y seleccionar la ropa desde cualquier ángulo de la casa.
Como miembro acreditado LEED AP, Barbie® debe dar ejemplo de sostenibilidad. Por ello, entre otras de sus aportaciones al ecosistema, luce con orgullo los paneles solares de su casa, el inodoro, iluminación y equipos de climatización de bajo consumo y los muebles y materiales de fabricación local. Según sus arquitectas, la casa ocupa una huella ecológica mínima y tiene un bajo impacto visual en el entorno. Además, con el fin de reducir las emisiones de CO2, Barbie® se mueve por la ciudad en su Vespa rosa y, cuando tiene que cargar las bolsas de sus compras, llama a Ken (tal y como se especifica en el proyecto).
El diseño de las jóvenes arquitectas Ting Li y Maja Paklar (ambas con base en Nueva York) no se realizará. Tal vez sea porque, de la misma manera que Barbie® posee medidas irreales en mujer de carne y hueso, su casa de ensueño sea un proyecto, simplemente, inalcanzable.