Chiringuito Pez Vela junto al W Barcelona, el must para un verano en la ciudad condal.

Foto Jordi Sarrà

El chiringuito Pez Vela, se ha situado en la zona playera más cool de la ciudad condal: junto al Hotel W Barcelona, con vistas únicas a la bahía y al skyline de ciudad. Evitando la típica estética de restaurante de playa, el local renueva el concepto de chiringuito con frescura, informalidad y juventud, pero sin renunciar ni a la calidad ni a los detalles mediterráneos. Las vistas al mar, garantizadas desde todas las mesas, y la luz natural son los protagonistas del espacio. La transparencia llega incluso hasta la cocina, los comensales pueden ver cómo se preparas los arroces y las ensaladas, los platos principales del menú.

Foto ©Olga Planas

Foto Jordi Sarrà

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Gracias a su diseño versátil que desdibuja la frontera entre el interior y el exterior, puede disfrutarse del restaurante todos los días del año. Y su flexibilidad permite no sólo su uso en todas las estaciones, sino también varios usos distintos en el mismo día: tanto sirve de restaurante playero por el día como de bar de copas cuando empieza la mágica noche del verano mediterráneo.

Foto Jordi Sarrà

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Foto Jordi Sarrà

El diseño de Sandra Tarruella Interioristas ha utilizado una combinación de recursos muy acertada, combinando elementos decorativos muy playeros y mediterráneos con una arquitectura de estética industrial. Luces informales colgadas de forma aleatoria o apoyadas directamente sobre el suelo, cojines de coloridas rayas, plantas rústicas adornando el exterior, o sillas de tijera medio pintadas de blanco que comparten el espacio con formales sillas de varillas negras, combinan a la perfección con el estilo industrial del suelo continuo de gris hormigón, la terraza de tarima protegida por una estructura de andamios industriales y la fachada de chapa roja de container que reviste la cocina.

Foto ©Olga Planas

Foto Jordi Sarrà

El espacio está iluminado con un aire algo teatral, pudiendo centrar la luz de los focos sobre la parte central del comedor cuando hay poca ocupación o iluminado todo el perímetro cuando el chiringuito se llena por completo. Se ha realizado una instalación de focos soportada por una estructura negra metálica suspendida que queda a la vista, al igual que el resto de instalaciones. Para complementar la iluminación técnica, se han instalado lámparas colgantes de suspensión de luz muy cálida y estética informal que toman sin duda gran protagonismo en el local, las May Day de Konstantin Grcic.

Foto Jordi Sarrà

La terraza de tarima de madera, además de acoger una barra exterior, sirve para regularizar la pendiente del pavimento anteriormente existente. Las mesas comparten el espacio con maceteros de higueras y gramíneas. Parcialmente, la zona exterior está cubierta por unas pérgolas creadas a base de estructuras de andamios desmontables y persianas sevillanas de esparto.

Foto ©Olga Planas

Desde la terraza se accede al interior, separando los dos espacios por una fachada que combina paños ciegos de lamas madera recuperada con grandes puertas acristaladas correderas, con carpintería de madera de ipe, que pueden esconderse totalmente tras los paños ciegos. En verano, el cerramiento se abre totalmente, en invierno, el interior queda así perfectamente protegido sin perder las vistas al mar y al horizonte de Barcelona.

Foto Jordi Sarrà

Foto Jordi Sarrà

El local interior se ha distribuido gracias a una U de hormigón que crea una de alfombra flotante sobre el pavimento de madera que entra desde la terraza. Gracias a esta disposición, se distribuyen las mesas y una zona de estar. El lateral de esta U hace de barandilla de hormigón donde se apoya un banco corrido de madera. El otro lateral sube hasta una altura de 2 metros creando un gran muro, donde se abren unos huecos que permiten la visibilidad. En ambos extremos de la U se esconden las rampas para subir a los distintos niveles del restaurante. En un lateral de este elemento de hormigón se encuentra una zona de espera rehundida en el pavimento con bancos en el perímetro y una chimenea en el centro.

Foto Jordi Sarrà

Al fondo se sitúa el volumen que contiene la cocina abierta y la barra. Revestido con una chapa metálica de color rojo a modo de container de carga, la cocina adquiere un carácter industrial. La barra se sitúa a caballo entre el nivel del pavimento de hormigón y el último nivel, permitiendo crear una zona para comer sentado a altura de mesa en la parte posterior, disfrutando de una perspectiva de todo el local y de las magnificas vistas.

Tanto el techo como las paredes perimetrales se han dejado desnudas, tan solo en los muros se ha colocado un revestimiento de madera recuperada, igual que la de la fachada, que cubre hasta 2 metros de altura. Se ha dejado también lugar a un espacio independiente que funciona como reservado, y que tiene comunicación directa a la terraza.