Visto en red-aede.es: DISEÑO 202?, por Juan Mellen

Juan Mellen, consultor en marketing y estrategia internacional, y director de RED-Asociación de Empresas de Diseño Español, explica en este artículo sus opiniones sobre la situación actual y futura del sector del diseño.

DISEÑO 202?

No espero que estés de acuerdo con todo lo que digo en esta columna.

Pero espero que cuando no estés de acuerdo lo estés de forma airada. Que estés tan cabreado que hagas algo. Hacer algo. Esa es la idea esencial, ¿no?. La historia de lo que es esencial en el momento actual de la empresa la escribiríamos en una lápida: “podría haber hecho cosas realmente geniales pero el jefe no quiso”. Cuando se está produciendo el momento más profundo de cambio de los últimos siglos observo a individuos sentados al borde del camino contemplando pasar el mundo. Si tienes un grado de integridad, de nervio, debes estar de acuerdo conmigo en esto: hay que dejar el borde del camino y ser un jugador. Ser un jugador no es opcional. No. De hecho, ser un jugador es ¡Esencial!. Me pone la empresa cuando trata de incentivar el crecimiento y ofrecer productos y servicios que emocionan a sus clientes.

Adoro a las empresas en este momento mágico, aunque terrorífico, como una película de Tim Burton. En España hay muchos ‘I want but I can’t’. Pero, hay que tener esperanza. Esperanza en que den rienda suelta a la curiosidad y la eficacia instintivas que obliga ser una empresa dirigida por el diseño. El rosario de carencias de nuestras empresas es mayor y preocupante. La FEEPD encargó ya en el 2001 un estudio sobre los sectores del diseño y apuntó recomendaciones para mejorar su competitividad: formación y concienciación de la demanda, fomento de la cultura del diseño y mejora de la oferta de diseño. Eso hace 10 años.

¿Dónde estaremos en el 2020?.

(Traga saliva).

Los poderes públicos se han limitado principalmente a subvencionar –¡qué verbo más antiguo!- acciones que no han contribuido a desarrollar el sector. Habrá empresas que saldrán adelante y se fortalecerán, y otras no. Ya no tiene sentido ver qué podíamos o deberíamos haber hecho; tenemos que reaccionar. Las tecnologías de la información lo modifican todo. No hay otra alternativa que convertir la manera de hacer las cosas en nuestras empresas. ¡Hay que reinventarse!, al igual que lo hizo el hombre cuando se fue del pueblo a la ciudad, de la granja a la fábrica, y de las fábricas a las oficinas.

La noticia emocionante, otra vez, es que esto tampoco es opcional.

Tú y yo reinventados, la suma de todos, no tendrán otra opción que luchar y añadir valor de una forma u otra.

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