Visto en El Periódico: Las Arenas, creación de un centro comercial en una vieja plaza de toros.
Es un corredor habitual de maratones y quizás por esta condición de ultrafondista, además de la de destacado arquitecto, ha logrado llevar a buen puerto, tras 11 años, una de las mayores y más difíciles transformaciones urbanas vistas en Barcelona: la construcción de un moderno templo de ocio y consumo, nuevas religiones contemporáneas, dentro de la piel neomudéjar de una ruinosa plaza de toros.
Cuando Luis Alonso recibió el encargo del recién abierto centro lúdico y comercial de Las Arenas tomó una decisión arriesgada y cara: conservar la fachada de 1900 como «testigo histórico y parte de la memoria colectiva». Aguantarla literalmente en el aire durante años de obras «fue más difícil que el túnel del AVE por la Sagrada Família, al tener las galerías de la L-1 y L-3 y sus vibraciones a cuatro metros», reveló ayer al recorrer la obra y presentar el libro donde la explica.
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