Visto en El Mundo: ‘Los arquitectos hemos sido la punta de lanza del liberalismo más soez’
¿Cabe en el ámbito de la arquitectura residencial decir eso de que no es la miel para la boca del asno? Es decir, casas pensadas al detalle que acaban siendo habitadas por ciudadanos que no saben usarlas o que las rechazan por extravagantes… Rotundamente, no. «Lo que ocurre es que hay una fractura brutal entre las propuestas de los arquitectos y lo que los ciudadanos esperan recibir cuando les toca una vivienda oficial», explica el arquitecto Andrés Cánovas.
La reflexión tiene lugar de espaldas a la fachada de ‘Carabanchel 17’, uno de los exponentes residenciales más ambiciosos que rematan el barrio madrileño, el ensanche con más premios Pritzker por kilómetro cuadrado del mundo, que en 2010 fue premiado por el Colegio de Arquitectos de Madrid (Coam) y Asprima, la patronal de los constructores madrileños. De espaldas, también, a una voz que sale de dentro del edificio que invita a los visitantes a «grabar su p*** casa», harta de toparse con su casa en Flickr y de japoneses merodeando en busca del ‘Edificio Bambu’ en pleno acto de turismo arquitectónico.
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