El nuevo Jamie’s Italian, una porción de la Italia de los ’50 en pleno centro de Londres.

El restaurante Jamie’s Italian Westfield, que abrió sus puertas a mediados de julio pasado, es el más díscolo de la cadena de Jamie Oliver. Uno de los retos que se plantearon los diseñadores fue la estrecha fachada del restaurant, junto a la biblioteca del centro comercial y lejos de la zona de restaurantes, que se compensa con su visibilidad al estar situada en una esquina muy transitada. Pero no era suficiente. Así, en la entrada, aparcada, una auténtica camioneta de helados de los años 50 restaurada saca a la calle la frescura del interior a los transeúntes que pasan por la calle y sirve de reclamo al mismo tiempo. Y eso es sólo el principio.

Blacksheep tenía ante sí el reto de mantener los aspectos identificativos de la cadena de restaurantes de Jamie Oliver y, al mismo tiempo, introducir elementos distintivos y originales. El punto de partida fue, precisamente, la camioneta de helados.

En el interior, el restraurante tiene un neto aire industrial gracias a las vigas y columnas vistas y resaltadas a base de color que resalta sobre el gris oscuro de las paredes y la profusión de madera en zócalos y barras. El resultado es un espacio cálido y espacioso.

Los 610 metros cuadrados de superficie se han dividido en diferentes áreas para optimizar el espacio, como la ‘piazza’ junto al área de mercado, sin asientos y con vistas a la cocina y al proceso de elaboración de la pasta.

Otras zonas son la Black Room, un espacio más íntimo con techos más bajos o la zona de bar, en la entrada, donde se encuentra la ‘pared Vespa’, a base de focos de luz realizados con faros de esta marca de motocicletas, que pueden observarse desde el exterior. En su programa de televisión, Oliver aparece a menudo sobre su Vespa, lo que inspiró al estudio.

El área de restaurante se ha realizado a base de asientos de vagón personalizados y piezas independientes, como las sillas apilables Omkstatk y Tolix, éstas últimas marca de la casa, pero en Jamie’s Italian Westfield acabadas en acero galvanizado para el exterior y en color azul y negro para el interior. El suelo es de madera reciclada y tratada y pizarra.

Durante el día, el espacio rebosa de luz natural gracias al cuidado diseño de las columnas y el mobiliario. Durante la noche, uno de los trucos utilizados para multiplicar la luz consiste en un pórtico metálico en la zona de restaurante que se utiliza para colgar los jamones italianos por un lado, pero que también sostiene las lámparas articuladas PJ50, de la firma sueca Órsjö Belysning, y la iluminación suspendida de la zona de trabajo.