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La nave de la Sagrada Familia, premio Ciutat de Barcelona de Arquitectura.

Idolatrada por unos, cuestionada por otros... La Sagrada Familia de Gaudí no deja indiferente a nadie. Su “puesta de largo” el pasado mes de noviembre, coincidiendo con la visita de Benedicto XVI, supuso para muchos descubrir una nave interior libre ya de andamios, espectacular y diáfana, sin ángulos rectos. Ahora, el jurado del Premio Ciudad de Barcelona ha concedido a esta obra el máximo galardón de la ciudad en materia de Arquitectura y Urbanismo. El premio se entrega mañana martes, 15 de febrero.

El jurado, integrado en esta categoría por Carlos Ferrater, Zaida Muxí, Daniel Giralt-Miracle, Mònica Gili y Xavier Monteys, acordó por mayoría otorgar este premio a la nave del Templo de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí. La obra está dirigida por un equipo facultativo formado por Jordi Bonet, Carles Buxadé, Jordi Coll Grifoll, Jordi Faulí, Josep Gómez Serrano y Joan Margarit.

El jurado ha valorado que “la nave tiene una estructura que, dado su peculiar proceso de su construcción, ha hecho que una solución original haya sido el estímulo, sino el modelo, de muchas estructuras construidas con posterioridad. La magnificencia del espacio se impone por encima de los detalles”. La actual Oficina Técnica del Templo y la dirección facultativa son las encargadas de estudiar la complejidad del proyecto original de Gaudí y de hacer los cálculos y las previsiones constructivas, así como de dirigir el conjunto de las obras.

Estos premios se convocan anualmente con el objetivo de galardonar la creación, la investigación y la producción de calidad en Barcelona. Las obras galardonadas deben contribuir al desarrollo del hecho cultural y deben estar integradas en el tejido ciudadano en el que participan los creadores, las asociaciones, las instituciones públicas y las industrias culturales.

Más sobre la construcción del templo

La hoy ya Basílica de la Sagrada Familia fue proyectada por el arquitecto Antoni Gaudí, máximo exponente del modernismo catalán. Siete de sus edificios son Patrimonio de la Humanidad, título que la Unesco concedió a buena parte de la obra de Gaudí por ser «una excepcional contribución creativa al desarrollo de la arquitectura y de la tecnología constructiva de finales del siglo XIX y principios del XX «.

En calidad de templo expiatorio, la Sagrada Familia se financia de forma totalmente privada. Los donativos, así como la recaudación proveniente de las entradas de los cerca de 2,5 millones de visitantes anuales que recibe, hacen posible que la construcción avance a buen ritmo y que, finalmente, se hable de 2026 como fecha en la que previsiblemente el templo estaría acabado. Ese año tendría una significación especial, ya que se cumplirían 100 años de la muerte del arquitecto catalán, que murió de forma trágica atropellado por un tranvía.

La primera piedra de la Sagrada Familia se colocó el año 1882, aunque fue un año después cuando Gaudí se hizo cargo del proyecto, rehaciéndolo por completo. Consciente de la complejidad de la obra, el arquitecto hizo construir vías con vagonetas para el transporte de los materiales, fabricar grúas para levantar los pesos y situar los talleres a pie de obra, a fin de facilitar el trabajo.

Hoy, 129 años después, la construcción del templo sigue la idea original de Gaudí, quien durante los últimos 15 años de su vida proyectó muchas partes del templo para que pudieran construirse en el futuro. Lo hizo combinando formas geométricas elegidas por sus cualidades formales, estructurales, lumínicas, acústicas y constructivas: hiperboloides, paraboloides, helicoides, conoides y elipsoides. Gran parte de estas superficies son regladas, lo que facilita su construcción.

Gaudí asignó una de estas formas a cada tipo de los elementos que componen las naves. Con helicoides inventó una columna nueva en la historia de la arquitectura: la columna de doble giro. Usó hiperboloides para las aberturas de los ventanales y las bóvedas. Con paraboloides creó superficies de enlace en las bóvedas y las cubiertas, así como las columnas de la fachada de la Pasión. Generó los nudos o capiteles de las columnas principales con elipsoides. Y antes ya había proyectado el edificio de las escuelas parroquiales con conoides. Además, Gaudí desarrolló un sistema de proporciones aplicado a todas las dimensiones y a todos los elementos del templo.

El templo tiene en la actualidad ocho torres, a las que se añadirán 10 en los próximos años. La más alta, la central, hará llegar el edificio hasta los 170 metros de altura, y la convertirá en una de las construcciones más altas de Barcelona. Puedes hacerte una idea de cómo quedará el edificio gracias a esta animación en 3D.

En los últimos tiempos, el templo ha estado en el ojo del huracán por la construcción del túnel del AVE, cuyo  trazado atraviesa toda la ciudad y pasa junto al templo. A mediados del pasado mes de octubre terminaron las perforaciones bajo el edificio sin haberse registrado, de momento, incidencias.

Fotografías: © Pep Daudé / Basílica de la Sagrada Família

Más info en www.sagradafamilia.cat y www.bcn.cat

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