Casa en Girona: una masía moderna para el disfrute familiar.
El reportaje que nos remite Jordi Anguera busca realzar el contraste entre lo tradicional y lo moderno mediante un delicado estudio de la luz que realza las distintas texturas de los materiales utilizados. Piedra, hierro, hormigón, acero o madera definen el proyecto de la arquitecta Marta García-Orte, reflejado en las fotografías de Anguera como una dualidad de texturas y contrastes, de construcciones rústicas y modernas, de materiales fríos y contemporáneos.
El proyecto de la vivienda, un conjunto de 4 construcciones conectadas de una superficie total que supera los 450 m2, tiene un planteamiento eminentemente topográfico que busca tanto la integración en el entorno como el disfrute del las vistas de un idílico paraje mediterráneo, situado entre la Costa Brava y el macizo boscoso de Les Gavarres.
En una parcela de 3.000 m2, los propietarios requerían una casa para reunir a una gran familia en días de ocio y descanso, que pudiera disfrutarse en todas las épocas del año. La vivienda consta así de un gran espacio común, la masía, y 4 bungalows anexos que incluyen todos los servicios para que cada pequeño grupo familiar pueda organizarse a gusto. La casa, dotada con todas las comodidades de una vivienda urbana, está construida con una sabia combinación de materiales modernos y tradicionales de la zona. Un proyecto, en definitiva, que busca conciliar lo urbano y lo rural, el mar y la montaña, la vivienda común y la autonomía familiar.
En la masía, el volumen común, se desarrollan todas las actividades públicas, a la vez que se sitúa el dormitorio principal. Dividida en tres plantas -un sótano, una planta baja, y una pequeña segunda planta, la casa está planteada para difuminar en todo momento los límites entre el interior y el exterior. La planta baja alberga las zonas públicas de comedor-cocina, un salón con tres espacios, y la biblioteca a doble altura. En el sótano semi-enterrado se ha situado un espacio de ocio-gimnasio y un garaje-taller, mientras que en la primera planta se sitúa la habitación principal, con baño suite, estudio, y vistas directas al jardín y la piscina.
El hall de entrada de la masía es el punto de intersección entre los 4 volúmenes, y está presidido por una gran encina de 4 troncos. Otros detalles a destacar del interiorismo de la casa principal son la cocina-comedor, presidida por una gran mesa de comedor y apoyada por una isla central para comidas más informales, un gran estar de doble altura con chimenea, biblioteca y espectaculares vistas al paisaje, así como la escalera de estructura de hierro y huella de cuarcita que comunica verticalmente las tres plantas de la casa.
Los 4 bungalows anexos, unas construcciones de hormigón semienterradas, siguen los dictados del gran desnivel del terreno y albergan las habitaciones privadas para las visitas ocasionales del resto de la gran familia. Se accede a ellos desde la masía por un pasillo-distribuidor de espectacular luz-verdosa, y se organizan todos del mismo modo: un gran mueble metálico longitudinal contiene los armarios, baños y escritorios, y el gran vacío restante se distribuye según el mobiliario, que la da una función concreta al espacio. Si bien su tratamiento es más contemporáneo –hormigón visto, parquet natural y piedra-, no se ha olvidado la calidez tampoco en estos 4 bungalows privados. La comunicación entre los distintos volúmenes puede también hacerse por una escalera exterior que comunica las distintas cotas edificadas del solar.
El jardín se ha poblado con plantas autóctonas y cuenta con una espectacular piscina desbordante con vistas al parque natural de Les Gavarres. Cada bungalow cuenta con su pequeña zona exterior, así como una cubierta ajardinada que alberga también el solárium.
Para el mobiliario, se ha realizado una cuidada selección de las mejores marcas internacionales como Artemide, Cappellini, Flos, Kartell o las nacionales Gandía Blasco y Marset, que incluye piezas firmadas por grandes nombres del diseño o la arquitectura como Piero Lisoni, Jean Nouvele, David Chipperfield o Paola Lenti. Algunas piezas clásicas del diseño contemporáneo, como la silla Barcelona de Mies van der Rohe o la butaca Egg de Arne Jacobsen para Fritz Hansen, completan la cuidada selección hecha por los interioristas.
Más sobre Jordi Anguera
Gran aficionado a la fotografía por tradición familiar, su pasión por el retrato le llevó a formarse cursando el Graduat Superior en Fotografia en la EAPD Josep Serra i Abella, donde ya destacó como fotógrafo técnico y meticuloso. Después de trabajar en una agencia de publicidad durante varios años, donde adquirió una gran experiencia profesional, fundó su propio estudio –Tactica-, desde donde colabora con otros diseñadores y fotógrafos. Ganador de tres Premios LUX de fotografía profesional los últimos tres años, dos de ellos de Oro, Anguera ejerce la docencia en la escuela Elisava de Barcelona.
Está especializado en la fotografía de producto, de arquitectura e interiores. Forma parte de la AFP (Asociación de Fotógrafos Profesionales).
Más información sobre el proyecto o los arquitectos en www.marqta.com
Más información sobre el estudio de interiorismo en www.estudiovilablanch.es
Fotografías de Jordi Anguera