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Gracia Cardona
12 noviembre 2010

Lolita, un restaurante de carretera en La Almunia de Doña Godina, Zaragoza.

Un restaurante de carretera. Suena a road movie, a personajes solitarios, a historias sórdidas, e incluso a película de terror. Pero Lolita es sin duda diferente. Los arquitectos María Langarita y Víctor Navarro han diseñado un magnífico local de restauración junto a la Autovía A-2, en un punto logístico clave, donde desde ahora los “currantes” podrán disfrutar de una buena comida en ruta, y también de algo de buen diseño. Porque ya lo dicen: “lo cortés no quita lo valiente”.
Los restaurantes de carretera son sin duda una rara especie. A medio camino entre la infraestructura y el local de restauración, forman parte de nuestro imaginario colectivo como locales sin personalidad, solitarios, y en general con una decoración poco “cuidada”.  Y, aunque últimamente sus estructuras han evolucionado para convertirse en locales que ofrecen servicios para eventos de gran formato, eso sólo ha supuesto un cambio de escala.

Lolita se encuentra en la Almunia de Doña Godina, en la salida 270 de la Autovía A-2, en una posición logística estratégica entre las rutas comerciales Madrid-Barcelona y Valencia-Bilbao, a escasos kilómetros de diferentes núcleos de población y en las inmediaciones de las instalaciones universitarias de la EUPLA. El reto de los arquitectos ha sido idear en este enclave un local capaz de flexibilizar fácilmente sus distintos usos, atendiendo en cada ocasión a un público heterogéneo, además de dotar al establecimiento de una atmósfera contemporánea.

Más que un restaurante de carretera, Lolita es un escenario versátil para eventos y comidas de distinta índole. El establecimiento debe acoger a visitantes ocasionales que paran 10 minutos a tomar un café, a los transportistas fieles que frecuentan la ruta y escogen siempre en el mismo sitio para comer, a los estudiantes que aprovechan las redes wifi, o a los invitados de una celebración que pasan en el restaurante casi un día completo.

Arquitectónicamente, el edificio se ha concebido como una acumulación de diferentes volúmenes autónomos de geometría irregular, alternados con patios que crean un complejo juego de reflejos y transparencias. El funcionamiento del local puede seguir así el modelo de planta open-space con posibilidades de compartimentación.

Estéticamente moderno por la combinación de volúmenes blancos con otros revestidos de madera, Lolita se asimila a su entorno de naves industriales, aparcamientos de camiones y carteles de carretera gracias a la utilización de algunos materiales industriales en su fachadas exteriores. Los interiores también combinan algunas piezas de mobiliario contemporáneo de firma con detalles de cultura popular que lo acercan a los clientes.

Restaurante Lolita
Carretera A-122 km. 43
La Almunia de Doña Godina
Zaragoza
www.lolita.almuniapark.es
Arquitectos Langarita-Navarro
Grijalba, 8
28006 Madrid
Tel. +34 91 564 59 84
estudio@langarita-navarro.com
www.langarita-navarro.com
Fotografías de Miguel de Guzman , cortesía de Langarita-Navarro.

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