Una casa que ahorra energía, obra de Karawitz Arquitectura.
Karawitz Arquitectura ha diseñado esta casa en Bessancourt, cerca de París, aprovechando la energía solar pasiva. Así, se ha planteado cerrada al norte para limitar la pérdida de calor y abierta al sur para beneficiarse de la energía solar pasiva gratuita. Estéticamente es una réplica abstracta de una casa tradicional, casi un granero. Aunque su aspecto físico la armoniza con el paisaje circundante, su verdadera ventaja radica en su total eficiencia energética, resultado de los esfuerzos técnicos todavía poco frecuente en Francia.
Así, la casa está recubierta de una segunda piel, un calado generado por trozos de bambú, que envuelve toda la estructura formada por paneles de madera sólida. Este revestimiento, que con el paso del tiempo adquirirá un tono grisáceo, se inspira en las granjas tradicionales de la región Ile-de-France, zona donde se ubica la casa.
La elección de este material obedece tanto a su aspecto estético y natural como a factores económicos. El recubrimiento pasa frente a las ventanas de la cara norte y termina desplegándose sobre el techo. Idénticos postigos se despliegan a lo largo de las ventanas, en la fachada sur. Esta solución “perforada” permite dar sombra y controlar la iluminación de la casa, tanto durante el día como durante la noche.
Por su parte, unos paneles fotovoltaicos situados el techo rematan el programa; son capaces de producir 2695 kwh/año de energía. La losa de cimentación es el único elemento de hormigón; todo el resto de la estructura se ha creado mediante el ensamblaje de grandes paneles rígidos de madera maciza, prefabricados en un taller.
Más allá de sus cualidades puramente ambientales, la casa Karawitz está diseñada para proporcionar un valor de «alto uso” a sus habitantes. Posee 177 metros cuadrados y ha sido decorada con piezas versátiles y funcionales, de máxima sencillez y apariencia ligera. El revestimiento de bambú crea un efecto calado en el interior, una peculiar atmósfera de luces y sombras.