Una nueva atracción de Herzog & de Meuron en el parque de fantasía Vitra.
Una docena de casas fusionadas una encima de la otra. Así es el nuevo edificio del complejo Vitra en la ciudad alemana de Weil am Rhein, firmado por el estudio de arquitectura de Herzog & de Meuron e inaugurado ayer. Inspirado en el arquetipo de casa a dos aguas y reconvertido en un contenedor expositivo de mueble contemporáneo para el hogar.
Parece un lugar encantado o una casa de cuento. El edificio se configura apilando una docena de iconos extrusionados, uno encima del otro, para generar múltiples espacios que contienen el amplio catálogo de Vitra. En él resplandecen piezas y nombres que ya han pasado a la historia del “bien llamado” diseño industrial.
La elección de este equipo de arquitectos suizos para el nuevo show-room de Vitra los consagra para la posteridad, tras darse a conocer con la Tate Modern de Londres y entrar en los hogares de medio mundo con el estadio olímpico de Beijing. La Vitra Haus convivirá con edificios de Nicholas Grimshaw, Frank Gehry, Tadao Ando, Zaha Hadid o Álvaro Siza. Un ecosistema en el que junto a estos iconos arquitectónicos encontramos las cúpulas geodésicas de Richard Buckminster, una gasolinera concebida por Jean Prouvé o las paradas de autobús diseñadas por Jasper Morrison. Una especie de Disneyland para los amantes de la arquitectura y el diseño.
La VitraHaus está compuesta de una docena de réplicas amontonadas una encima de otra de un icónico modelo de casa, en la que cada una de ellas constituye un piso del edificio. Espacios diáfanos a modo de loft contemporáneo, con escaleras en forma de espiral y grandes ventanales que dan la sensación de que el mobiliario flota en el espacio blanco del interior. Muebles que abandonan los sets tematizados para presentarse desnudos ante el visitante, que recorre el espacio de arriba hacia abajo mediante una escalera gusano hasta regresar al punto de partida.
Herzog & de Meuron, fieles a su tendencia de los volúmenes apilados, han creado lo que tantos otros sólo soñaron, un espacio de espacios que deja ver su interior desde el exterior y que, al mismo tiempo, permite ver todo el paisaje circundante y el recinto de la fábrica, al tiempo que aporta una visión general de la Colección de Interior de Vitra.
En esencia, todo el edifico es un retorno a los orígenes. Una especie de vitrina -mobiliario con el que comenzó la andadura de Vitra- que de día permite disfrutar de la naturaleza, la arquitectura y los muebles, y de noche, con la iluminación interior, deja sólo visibles las formas de las muros acristalados en los que concluye cada uno de los volúmenes o casas concebidas por Herzog & de Meuron.
Un edificio en el que nada es arbitrario, ni la disposición de las casas, orientadas hacia los espacios significativos que la rodean, desde el Museo Vitra al Pabellón de Tadao Ando. Un nueva atracción arquitectónica de 57 metros de eslora, 54 metros de ancho y 21,3 metros de altura, que se eleva por encima de los otros edificios en el Campus de Vitra, como un faro nocturno, cuya vocación era crear un edificio vertical, pero con la forma horizontal común de las instalaciones de producción. No olvidemos que estamos en un complejo industrial.
Como curiosidad, ésta no es la primera colaboración entre Vitra y este equipo de arquitectos que, ya en 2005, incorporaron una pieza a los fondos de la firma de Mobiliario; el taburete Hocker.
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Fotografías © Iwan Baan para Vitra