Rehabilitación de una antigua fábrica de cerámica en Coímbra.
«Al tratarse de la única fábrica original aún en funcionamiento, era imprescindible recuperar, preservar y recontextualizar su patrimonio. Además de renovar el edificio y equiparlo con condiciones museológicas aptas», señalan los arquitectos.
Para conservar el volumen original del edificio se optó por respetar al máximo los elementos estructurales. Eliminar los elementos innecesarios superpuestos e insertar nuevos cuando así se necesitaba fue prioritario. Todo ello, manteniendo los mismos procesos consturctivos utilizados en el edificio original.
El área de producción de divide en dos plantas. La baja, dedicada a la cerámica y los hornos, y la primera, al vidrio y la pintura. Del siglo XVIII, el horno corresponde a las tipologías representadas en los estudios de Charles Lepierre. A partir de una intervención mínima y no intrusiva, Luisa Bebiano Arquitectos y Atelier do Corvo han logrado reconstruir la pieza, dejando visibles en ella las marcas de fabricación.
Un viaje en el tiempo
Las soluciones arquitectónicas enfatizan la continuidad temporal, sin rupturas entre épocas. Construida con muros de piedra, y suelos y particiones de madera de pino, la fábrica se llena de elementos tradicionales como el ladrillo, el yeso y la cal.
La estructura de la fábrica de cerámica ha sido parcialmente restaurada y reubicada. Conservando el volumen original, la cubierta ha sido completamente reconstruida debido a su mal estado. Las paredes de mampostería de piedra se han consolidado estructuralmente. En los muros exteriores se han utilizado los denominados «morteros tradicionales».
Hacia la calle, el edificio se manifiesta como un volumen irregular, resultado de las sucesivas transformaciones morfológicas de las que ha sido objeto el tejido urbano de esta zona de Coímbra. Orientadas a este y oeste, las dos fachadas de la fábrica de cerámica favorecen la ventilación natural a través de pequeños huecos abiertos en ellas.
El excelente comportamiento pasivo de la fábrica de cerámica hace que no requiera ventilación mecánica. Las grandes chimeneas de los antiguos hornos actúan como un conducto de ventilación natural contra el exceso de calor, que se mantiene cerrado cuando se necesita conservar cálida la temperatura interior.
Fotografía: do mal o menos