La butaca que rebosa, de Stephen Burks y BD Barcelona.
Porque la butaca Grasso no se entiende sin pensar que es «gorda». Aunque su diseñador Stephen Burks se apresure a corregirnos, siendo políticamente correcto: «es mucho más que gorda, es… rebosante».
Una colección en la que manda el confort
Para Burks, Grasso es «incontrolable». Una colección de aspecto descuidado, desbordante, tanto en los muebles como en las cerámicas de que consta.
Las formas, por tanto, alcanzan el límite de la expresividad. «A medida que la colección fue evolucionando, encontramos nuevas formas de sobreponer el marco de acero tubular estricto, que se deja intencionalmente desnudo en contraste con la sensación de lujo de las superficies de cuero hinchadas». Con un modelo claro: el Bibendum de Michelin.
Juntos, sillón, reposapiés y taburetes de barra crean una impresión de elegancia radical rara vez vista en esta tipología. Algo que sólo podía presentar una marca como BD.
Grasso = BD + Bolon
Grasso tiene ese toque del ADN que caracteriza a BD Barcelona: una combinación ganadora entre clásico e innovador.
La nueva butaca es una respuesta intuitiva e inmediata a aspectos del patrimonio y la cultura de BD. En muchos sentidos, el concepto de comodidad visual extrema es tanto un punto de partida como un objetivo final. «Alejarse de la base de la exagerada expresión de la tapicería tradicional sobrecargada nos permitió encontrar un lugar inesperado de abstracción. Donde la forma voluminosa no solo recuerda la tradicional silla de salón para fumadores, sino que también expresa algo del absurdo artístico», nos explican.
La colaboración con Bolon ocurrió de manera bastante natural. Al ver los primeros esbozos de Grasso, se vio que sus grandes superficies eran perfectas para un textil orgánico colorido.
La pequeña ciudad de Ulricehamn, en Suecia, acoge la fábrica elegante y sostenible de Bolon. Que ha aportado su granito de arena en la forma de equilibrio de estilo y experiencia para conseguir un tratamiento natural del cuero. Un extra que suma al diseño de Grasso. Que fuera una reminiscencia de «defectos en la piel, cicatrices, quemaduras o marcas», deseaba el diseñador.
Textiles Bolon para aplicar en la butaca Grasso.
La colección resultante es alta costura. Tiene dos tipos: los más delicados, con acabados a mano; y el acabado contract, más duradero y listo para usar directamente desde el telar.
Fotografías: ambiente Marcela Grassi, estudio Eugeni Aguiló