La arquitectura cercana se alza con los Premios FAD.
Ganadores con mensaje: premio FAD 2018
El premio FAD de Arquitectura 2018 ha recaído en el proyecto Life Reusing Posidonia; un modesto edificio de 14 viviendas de protección pública en Sant Ferran – Formentera, con el que abrimos este artículo.
Life Reusing Posidonia reúne una serie de características que le convierten en un proyecto destinado a triunfar. Bien lo explica el jurado de los Premios FAD: «Por plantear un modelo de vivienda social de gran calidad arquitectónica, que aprovecha los recursos de su entorno más inmediato para plantear soluciones constructivas.»
Las viviendas promovidas por el Instituto Balear de Vivienda IBAVI y firmadas por Carles Olivé Barceló, Antonio Martín Procopio, Joaquín Moyá Costa, Alfonso Reina Ferragut y Maria Antònia Garcías Roig, «suponen un ejemplo de buena práctica arquitectónica que incorpora criterios de sostenibilidad de una manera natural para mejorar la habitabilidad de los espacios y la vida de sus habitantes».
Fotografía: José Hevia
La tendencia arquitectónica en los últimos años implica una alta conciencia social y se piensa más en el individuo que en la «arquitectura-espectáculo». Quizá sea el anti-efecto Guggenheim…
Premio FAD de Interiorismo 2018: Can Picafort
Otro ejemplo claro de esta arquitectura kilómetro 0 se ve en el Interiorismo. Premiando un hogar más allá de una gran obra. Estaba en todas las quinielas y era nuestra gran favorita en el repaso completo a las 464 obras presentadas.
En palabras de los expertos liderados por Anna Bach y que incluían a Ricardo Carvalho, Pau de Solà-Morales, Cristina Domínguez, Carmen Moreno y Susana Pavón, Can Picafort se ha llevado el Premio FAD de Interiorismo «Por la hábil y sensible ocupación de los materiales, exprimiendo las posibilidades de la cerámica con diferentes caligrafías constructivas. Se consigue un espacio doméstico cálido y humano de calculada imperfección. Eleva a una dimensión poética la construcción artesanal.»
Fotografía: Luis Díaz Díaz
Un ojo en Portugal
Del país vecino llegan grandes proyectos como los galardonados en Ciudad y Paisaje e Intervenciones efímeras.
Praça Fonte Nova, Alameda Manuel Ricardo Epirito Santo, Lisboa
El proyecto firmado por José Adrião asume «la complejidad del lugar de una manera propositiva potenciando el uso democrático del espacio público. El proyecto plantea la reconversión de un antiguo aparcamiento bajo un viaducto en una plaza como lugar de estancia».
Fotografía: Fernando Guerra FG+SG Fotografía de Arquitectura
Pavilhão do lago
Esta obra efímera de Carlos Azevedo, João Crisóstomo, Luis Sobral, arquitectos (depA) ha sido escogida «Por su diálogo poético con el paisaje. La intervención es un dispositivo de espejos que con un gesto sencillo potencia y cambia la percepción del paisaje. El Pabellón consigue mimetizarse con el entorno natural a la vez que genera un juego de opuestos, escondiendo un espacio interior antagónico; una sala de proyección. En síntesis, El Pabellón crea un lugar mágico en el jardín.»
Fotografía: José Campos
Mención especial: Casa da Arquitectura na Real Vinícola en Matosinhos
Una obra de Guilherme Machado Vaz que se destaca «por la iniciativa pública de apoyo que supone a la arquitectura y en general a los arquitectos, proponiendo un lugar de referencia que celebra la profesión y se convierte en ejemplo de recuperación y renovación urbana. El jurado quiere destacar esta obra por su interpretación de un antiguo conjunto industrial de finales del siglo XIX de gran simbolismo en el tejido urbano de Matosinhos. El proyecto recupera esta edificación con intervenciones contemporáneas puntuales que se superponen a las arquitecturas de distintas épocas creando un conjunto unitario.»
Fotografía: Luis Ferreira Alves
Fronteras abiertas, mismo espíritu: Premio FAD internacional
El galardón premia en este caso las propuestas arquitectónicas proyectadas desde España y Portugal para ser emplazadas en cualquier punto del planeta, con proyectos finalizados entre 2015 y 2017. Seguimos nuestro periplo más allá de nuestras fronteras para descubrir a los elegidos.
Parlament Vaudois, de Bonell i Gil Arquitectes + Atelier Cube
Respeto a la tradición. Otra de las banderas que ondea en este manifiesto de arquitectura en que se transforman los premios. Y que se expresa a la perfección en este proyecto suizo:
«El aspecto refrescante de este esquema radica en la confianza con la que los arquitectos colocan un nuevo elemento arquitectónico desvergonzadamente nuevo en el ámbito urbano cuya geometría, escala y materialidad se manejan, por un lado, para referirse al pasado -al completar un conjunto histórico- y, por otro, para abordar claramente el presente y el proyecto en el futuro. La habilidad de los autores continúa en el interior, donde sus diversas intervenciones -desde la gran escalera que bordea la fachada histórica, hasta el interior completamente nuevo de la Sala Perregaux- convencen por las formas arquitectónicas apropiadas pero audaces, así como por los materiales cuidadosamente escogidos, mayoritariamente en madera en contraste con la piedra vieja, que, juntos, comunican la importancia de las actividades que se llevan a cabo en su interior, las del gobierno cantonal.»
Escuela en Orsonnens, de Ted’Arquitectes
Doble premio para el estudio de Jaume Mayol Amengual e Irene Pérez Piferrer, tras el de Interiorismo. ¿Razones? Más que convincentes, las del jurado:
«Un volumen compacto y neutro toma como modelo la construcción tradicional suiza para proyectar una mirada contemporánea sobre el sistema constructivo que lo define. El uso de la estructura no como mero actor mecánico, sino como estructurador espacial del programa, las circulaciones y la luz, otorgan carácter en el interior del volumen. La construcción atiende las características de cada uno de los materiales utilizados sin que pierdan su independencia, pero aportando el valor que genera su convivencia: el peso reflejado en el acopio de la estereotomía de las piedras y la ligereza del acoplamiento tectónico de la madera. Las aulas se organizan de manera centrífuga alrededor de un vacío central que actúa de ágora del edificio, vacío habitado por una bella estructura arbórea definida por un pilar compuesto de madera. Un elemento constructivo capaz de explicar por sí mismo todas las decisiones arquitectónicas de la obra, ejemplo de su coherencia.»
Todas las obras finalistas y ganadoras de la 60ª edición de los Premios FAD se pueden ver en la exposición «El mejor diseño del año». La muestra imprescindible para ver y entender qué se cuece en el mundo del diseño hoy en todas sus expresiones, en el Disseny Hub Barcelona hasta el 14 de octubre de 2018.