¿Motos años 50? No, bicicletas eléctricas a lo ‘retro’.
Antiguos bastidores o depósitos de combustible originales –donde la gasolina ha sido sustituida por baterías de alimentación eléctrica– son algunas de las piezas utilizadas y reinterpretadas por el diseñador, creativo y artesano, que ha sabido combinar a la perfección la esencia del pasado con la tecnología más actual.
Hechas a mano, cada una de las bicicletas es única e irrepetible, y supone un reto para su autor, que desde 1982, año en el que creó su propio estudio de diseño, experimenta con la creación de nuevos objetos a partir de viejas reliquias del pasado. En 2015 el italiano fundó la empresa Agnelli Milan Bike, desde donde nos sorprende con estos impresionantes y originales diseños.
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Disponibles en colores que van desde los tonos pastel hasta otros mucho más fuertes y vibrantes, las bicicletas cuentan con variantes para todos los gustos: desde la tradicional monoplaza a la biplaza, o incluso las que incorporan sidecar. Además, pequeñas bolsas de equipaje otorgan a cada pieza un toque único y particular.
Aunque fascinado por el trabajo de los maestros artesanos, de quienes reconoce su devoción por la belleza sobre cualquier otro aspecto, para Agnelli «el culto a la belleza demuestra a menudo un cierto desprecio por la ventajas que puede otorgar la comodidad». El diseñador, para quien son innegables las ventajas que el progreso y la modernidad incorporan en nuestro día a día, «haciendo más eficiente la gestión del tiempo y el espacio», ha querido combinar aquí la estética y belleza tradicionales con la funcionalidad y confort que aporta la tecnología actual.