Diseño de las oficinas de pHformula; flexibilidad low-cost.
El espacio de partida se caracterizaba por ser una planta diáfana interrumpida únicamente por los pilares del edificio, y bañada de una luz difusa gracias a las ventanas superiores de la fachada. Una única abertura mayor interrumpe el ritmo de éstas ventanas y es la que aporta la luz más directa. El carácter industrial del edificio se manifiesta en los propios materiales del espacio: suelo y paredes de hormigón, y forjado reticular.
El completo programa para la nueva oficina incluía un almacén, así como áreas de trabajo, relax, training, reuniones, archivo y cocina. Las premisas de flexibilidad, posibilidad de ampliación, versatilidad y polivalencia de los espacios, combinadas con un bajo presupuesto, guiaron el desarrollo del proyecto.
La planta se distribuyó para crear una zona destinada a almacén y otra a zona de trabajo a partir de contenedores de objetos. Situándolos a lo largo de todo el perímetro de la planta, se consiguió liberar el espacio central. Así, se ha situado el mobiliario de almacenamiento en las paredes y se obtiene un contorno fijo y un centro polivalente. Estos contenedores adquieren diferentes formas y funciones: esconder el contador eléctrico, los extintores de CO2, los archivos, e incluso una vinoteca.
Los cubos adosados al muro de bloques de hormigón se han pintado con los colores de la escala del pH (que mide la acidez o alcalinidad de una disolución) para aportar una nota de colorido al ambiente. Una buena manera de acercarse al nombre de la empresa cosmética: pHformula.
La flexibilidad y posibilidad de ampliación se consiguen gracias a un mueble-guía situado sobre esta fachada de cubos de colores, que permite que las mesas de madera con ruedas se deslicen a lo largo del mismo. Pudiéndolas mantener separadas o agrupadas de dos en dos, de tres en tres… se generan planos de trabajo y reuniones de diversa naturaleza. La guía permite agregar las mesas que sean necesarias según el crecimiento del número de empleados de la empresa. A esta misma guía le acompaña, encastada en el mueble, una canaleta ampliable de instalaciones de electricidad y datos para poder conectar el sistema informático necesario para cada mesa.
Con respecto al objetivo de versatilidad, se ha diseñado en el lado opuesto al mueble-guía un armario blanco y unitario. Una vez las puertas de librillo quedan abiertas, se descubre la organización de un pequeño laboratorio de pruebas con zona de aguas y expositor de productos. Cuando esta parte del armario queda abierta, el uso del espacio cambia por completo.
La polivalencia de espacios se cumple deslizando las dos mesas centrales de trabajo con ruedas para ser substituidas por filas de sillas. De esta forma, las oficinas se convierten puntualmente en un auditorio donde impartir cursos. El cableado de estas mesas está preparado para ser desmontado en momentos puntuales y posteriormente volver a ser montado.
Por último, para ajustarse al bajo presupuesto, se ha optado por mantener los materiales existentes en ‘crudo’: el forjado de hormigón reticular, el bloque de muro de bloque y el suelo de hormigón, al que se le ha aplicado tan solo pintura epoxi.
Las instalaciones quedan a la vista y únicamente se introduce la madera para construir los muebles.
Fotografías: Davide Camesasca / Hikari foto